Gobierno y oposición se posicionaron conjuntamente en el pleno de la Corporación celebrado anoche para exigir al Servicio Galego de Saúde (Sergas) medidas urgentes que acaben con los problemas tantas veces denunciados por los usuarios del centro de salud de Monte da Vila.

La escasez de facultativos y el colapso de las instalaciones en diferentes momentos del año son el principal motivo de queja por parte de los pacientes.

Con una moción conjunta los munícipes reclaman la contratación de un sustituto que cubra la plaza de un facultativo actualmente de baja, y en caso de que éste no se reincorpore se pide la convocatoria de la misma "para que sea ocupada de forma permanente por otro profesional".

Como también quieren que se ponga fin a las "prolongadas esperas en las consultas" y, en definitiva, se reivindica desde la Corporación que se preste a los grovenses un servicio de calidad.

La moción conjunta, elevada al pleno por el concejal socialista responsable de Sanidad, y también médico, Javier Caneda, hace constar que en los últimos meses, "debido a la prolongada baja de uno de los facultativos, que además es el que tiene a su cargo el mayor número de asegurados, la gerencia del Sergas ha intentado resolver la situación enviando un médico sustituto dos veces por semana, y cuando no lo hacía distribuía parte de los pacientes entre los demás médicos del centro, a veces ya sobrecargados con su trabajo".

Debido a esta situación "los pacientes han padecido demoras excesivas en las consultas, y en consecuencia la atención médica no se ajustó a los parámetros de calidad normales y exigibles".

Fue por ello que "en abril la media de tiempo de espera para una consulta de tres de los siete médicos de familia en el centro de salud fue de alrededor de cinco días, llegando en algún caso a más de una semana".

En la moción planteada al pleno se tacha esta situación de "inadmisible en un sistema sanitario moderno", máxime cuando "obliga a los pacientes a buscar alternativas, acudiendo a consultas de urgencia extrahospitalaria o incluso hospitalaria con dolencias que deberían ser estudiadas y tratadas por los médicos de familia".

Abundando en esto se explica que el problema no es solo que aumenten los tiempos de espera, sino que además "el estudio de una enfermedad en los servicios de urgencia hace que, aún obteniendo unos resultados más rápidos, estos no sean todo lo pormenorizados que deberían y no tengan un posterior seguimiento que sí tendrían en caso de ser realizados desde una consulta del centro de salud".

En la iniciativa plenaria incluso se dice que es más barato contratar a un sustituto un par de días a la semana que hacerlo de forma permanente. "Pero también es cierto que la atención en el servicio de urgencias aumenta exponencialmente los costes, y más aún si el servicio se presta en el hospital".

En resumen, que "se ahorra dinero, en detrimento de una adecuada atención a los pacientes, pero se multiplican los gastos por acabar el paciente siendo atendido en un servicio que no es el apropiado".