Las clases de Igualdad de Género son muy interactivas, con una elevada participación por parte de los alumnos. Al principio de la sesión la profesora les propone una dinámica -por ejemplo de relajación- para, acto seguido, entrar en materia. Así, los estudiantes comenzaron hablando de las diferencias entre el sexo y el género. Durante un mes abordaron los distintos tipos de violencia machista y ya cerca de la época navideña disertaron sobre los juguetes sexistas.
A la vuelta de vacaciones, en enero, comenzaron a trabajar las emociones, ya que socialmente algunas están asociadas a los hombres (como por ejemplo la ira o la rabia), mientras que el afecto, la melancolía o la tristeza se asocian a las mujeres.
Ahora que se aproxima San Valentín, Carme Moure está trabajando con los adolescentes el amor romántico, la temática que más le ha costado que calase entre el alumnado. Considera la docente que el amor romántico, ese amor duradero en el que las mujeres se entregan y los hombres actúan, está tan naturalizado y asimilado en nuestra sociedad que romper sus barreras le ha resultado difícil. Y es que explicar a los adolescentes que el amor es caduco e imperfecto no ha sido asunto baladí. Sobre todo las niñas, casi se escandalizaron cuando la docente les cuestionó la película A tres metros sobre el cielo.
