Aparte del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) urbano y el rústico, existe una tercera modalidad de contribución que los ayuntamientos cobran a los puertos, embalses o instalaciones dedicadas a la energía eólica -entre otras-. Se trata del Bices (Impuesto de Bienes Inmuebles de Características Especiales). En el caso de Vilagarcía, solo la Autoridad Portuaria y las empresas que se encuentran instaladas en su recinto están obligadas a tributar por este concepto.
En 2016 el Concello emitió un total de 89 recibos con una recaudación total de 245.120,03 euros, lo que significa cerca de 50.000 euros más que el año anterior debido a la subida del tipo impositivo del 0,60 al 0,75. Así, en 2015, el Puerto y sus concesionarios pagaron 197.176,25 euros de contribución.
De la recaudación total del IBI (computando los tres tipos), la de los inmuebles de características especiales representa menos del 20%, al igual que la contribución rústica (164.090,38 euros), que supone el 15%.
Es el IBI urbano, con 33.761 recibos y un millón de euros, el que mayores ingresos reporta a las arcas municipales.
Esta modalidad de contribución la es la que afecta a más vecinos. En 2016 sufrió un descenso de su tipo impositivo, al pasar de 0,60 al 0,58. No obstante, la revisión catastral empaña esta reducción, pues los recibos de los contribuyentes siguieron encareciéndose.
Tanto el IBI rústico como el de Bices aumentaron su gravamen: del 0,3 al 0,7 y del 0,6 al 0,75 respectivamente.