Un vecino de Pontecesures que hoy mismo es protagonista en la edición de Arousa de FARO DE VIGO, ya que analiza el avance de la temporada de pesca de la lamprea en el Ulla, ha sido esta misma mañana el encargado de capturar la primera pieza del prehistórico pez.

Aunque en la edición impresa de mañana se darán todos los detalles, puede avanzarse ya que se trata de un ejemplar de aproximadamente 1,3 kilos de peso que fue adquirido por el propietario de un conocido restaurante de Padrón que ha pagado por este pez nada menos que 150 euros, la misma cantidad que el año pasado abonó un establecimiento de Rianxo también por el primer ejemplar de la temporada.

Hasta ahora el pescador que tiene el honor de haber conseguido el primer pez es el único que había salido a faenar a diario desde que comenzó la campaña, hace ya dos semanas, uniéndose a la suya una segunda embarcación en la jornada del viernes.

Los demás armadores seguían su trabajo desde tierra firme, a la espera de días mejores. Pero tras esta primera captura todo cambió. La aparición de la lamprea a media mañana de ayer, aunque fuera una sola, hizo que todos los valeiros decidieran largar inmediatamente sus aparejos para empezar a levantarlos el lunes, con la esperanza de que por fin el preciado pez empiece a remontar el Ulla en abundancia.

Aunque de momento no parece sencillo, teniendo en cuenta el escaso caudal actual y que, como se explica hoy mismo en la edición impresa de FARO, la lamprea necesita del agua dulce para orientarse hacia las zonas de desove.

El decano de la prensa nacional tuvo oportunidad de hablar con el pescador y el comprador justo después de que la primera lamprea fuera capturada. Ambos se mostraron radiantes de felicidad. El primero de ellos porque es un orgullo ser el primero en "dar caza" a la conocida como "dama del Ulla" y porque de este modo recupera al menos la inversión realizada en estas dos primeras semanas de infructuoso trabajo. Y el segundo está radiante porque es un honor para un restaurante tan popular como el suyo servir a algunos de sus mejores clientes la primera pieza del año; unos clientes, dicho sea de paso, que son unos grandes aficionados a la lamprea y que estaban deseando saborearla al estilo bordelesa.

A la espera de que llegue el momento de la preparación culinaria la lamprea permaneció en un salabardo dentro del agua, en el propio río. Ayer por la tarde el comprador de la pieza y unos amigos quisieron fotografiarse con ella e incluso bromearon dándole de beber un gin-tonic.