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De cuando el ferrocarril llegó a Carril

El 15 de septiembre de 1873 se inauguraba oficialmente el servicio ferroviario desde Cornes-Santiago

La llegada del tren a Carril fue algo así como una gran revolución. // FDV

Aunque parezca mentira, el primer ferrocarril de la Corona Española se construyó en Cuba en dicho año, desde La Habana a Güines, con un total de 27,5 kilómetros. Fue desde luego el primero de la Corona Española y el segundo en toda América, solo después de Estados Unidos.

En lo que se refiere a la península, será el primero en construirse el ferrocarril de Barcelona a Mataró, en octubre de 1848, seguido del de Madrid-Aranjuez en 1852. Habrá que esperar al 15 de septiembre de 1873 para que el primer ferrocarril gallego llegue a la estación de Carril. Para entonces, ya había en España cerca de 6.000 kilómetros de vías férreas.

Todo empezó cuando se reunió la junta de la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago, en el monasterio de San Martín Pinario, planteando su vicepresidente, José Sánchez Villamarín, la necesidad de solicitar al gobierno la construcción de una línea del ferrocarril que uniese Santiago con la ría de Arousa, con final de destino en Padrón. Ello convertiría a Santiago en un puerto de mar a través de la ría arousana.

Como el ayuntamiento de Santiago se hace eco de la petición, se forma en 1860 una comisión mixta integrada por Domingo Fontán, José Sánchez Villamarín, Patricio Moreno, Nicolás Pérez Santamaría, Luis de la Riva y José A. González, con el objeto de pedir al gobierno un ferrocarril de Compostela a Cesures.

Se va aumentando lentamente el trazado de la línea como veremos seguidamente.

Como sabían que el debate sería lento, la comisión buscó mientras tanto a un ingeniero que fuera planteado técnicamente el problema. Este ingeniero fue el inglés Thomas Rumball, que se encontraba por entonces en Lisboa, el cual ya les dice en primer lugar que la vía hasta Cesures es inviable, y que debe ser Carril el puerto a tener en cuenta, con lo cual el presupuesto aumentó considerablemente.

Habrá que esperar al cuatro de enero de 1861 para que el Congreso de Diputados debata esta petición, en que además, se declare que la línea sea de "utilidad Pública".

Finalmente, el cuatro de febrero el Congreso aprueba por unanimidad la solicitud, y no será hasta el 3 de enero de 1862 en que se publique la Real Orden que confirme la declaración del Parlamento.

Efusivamente, el alcalde de Santiago proclama un bando el 30 de marzo de dicho año, diciendo a la población, que ese mismo día se habían iniciado las obras en Carril, "de forma casi simbólica", según el historiador Tomás Cavanna.

En el Ayuntamiento de Carril surge igualmente un efusivo fervor por el ferrocarril, y relata el cronista vilagarciano, Del Río Candamo, que "siendo alcalde presidente del ayuntamiento de Carril don Salvador Buhigas y Prat, se reunió aquella Corporación en sesión extraordinaria para adoptar acuerdos en relación con la inminencia de la inauguración de las obras de arranque en el sitio llamado la Rosa, al norte de las calles de Cervantes, Victoria y Castillejos. Se hacía preciso reconstruir esas calles, hacerlas viables, rompiendo a pico y aun a barreno, las peñas que existen y estorban el paso por ellas; y se tomó el acuerdo de echar mano de todos los canteros que trabajasen en el muelle y en cualquier otra obra, así como de los jornales y muelles que se consideren precisos".

También el gobernador civil de la provincia, Cosme Errea, quiere su parte de gloria y llega a Carril el 30 de marzo declarando inauguradas oficialmente las obras de inicio del ferrocarril hasta Compostela, diciendo en su discurso que:

"El acto solemne que acabáis de presenciar encierra las más lisonjeras esperanzas para el porvenir, no solo de esta provincia, sino de Galicia entera. Al inaugurar los trabajos de este pequeño proyecto, cuyo pensamiento fue iniciado por la Sociedad Económica de Santiago y secundado por el ayuntamiento de aquella ciudad y por la Diputación de esta provincia, muy acreedores todos a vuestra gratitud".

Cuando aun persistía el fervor popular, las obras se tiene que suspender a los pocos días, por la falta de capital de la empresa, y entre trabajos y paralizaciones de las obras se elige como presidente del nuevo consejo de administración al señor de Rubianes, Juan Ozores Valderrama, y como secretario del consejo a Ramón del Valle Bermúdez, padre del escritor Valle-Inclán.

Tras el fallecimiento del señor de Rubianes será el todo poderoso Montero Ríos el que mandará en el consejo de administración.

En todo este proceso tendrán gran importancia el constructor George Mould y Camilo Bertorini, antecesor del padrones y premio nobel, Camilo José de Cela, los cuales, se empeñan en terminar la obra sea como sea, a pesar de la falta de capital, las lluvias intensas y las expropiaciones de los cientos de parcelas.

Todo ello se traduce en que a veces hay solo 70 operarios trabajando en las obras, y otras alcanza los 1.118, tal como en enero de 1872.

Finalmente se terminan las obras y el 15 de septiembre de 1873 se inaugura oficialmente el ferrocarril desde Cornes-Santiago hasta Carril. El Diario de Santiago decía con este motivo que: "la monumental ciudad de Compostela, la Roma de Occidente, verá con júbilo lucir el ansiado día en que la locomotora le acerque a uno de los mejores puertos de este antiguo Reino".

Lo cierto es que las obras se habían disparado, desde los 21 millones de reales inicialmente, hasta los 41,5 millones, y ello encadenaba a la compañía para su futuro, pero Carril, tenía por fin su estación de ferrocarril, y era el pujante puerto que le unía con Santiago, condicionando con ello su inmediato desarrollo económico y social.

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