Club FARO se estrenó ayer en Vilagarcía con una exitosa charla-coloquio sobre el Castro de Alobre que atrajo a distintas personalidades del mundo cultural, político y empresarial de la comarca a la sala de conferencias del Auditorio municipal. El acto fue presentado por el diputado de Promoción Turística de la Diputación de Pontevedra, Santos Héctor Díaz, y contó con la intervención de Antonio Nicolau Martí, profesor del máster de Gestión Cultural de la Universidad de Barcelona, y de Diego Piay, arqueólogo director de las últimas excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento vilagarciano, entre febrero y junio de 2016.

El experto catalán dio a conocer distintos casos del territorio nacional en los que el patrimonio cultural ha supuesto un auténtico revulsivo para la economía local. ¿Cómo? Conociendo, valorando, estimando, conservando y difundiendo ese patrimonio. Con estas claves y la implicación del conjunto de la sociedad, Antonio Nicolau Martí apuesta por implantar un turismo cultural basado en el descubrimiento del paisaje que aporte un modelo de desarrollo sostenible y que sirva de "orgullo de ciudad" para los vilagarcianos. Y ahí no puede faltar el Castro de Alobre, un yacimiento de dos hectáreas de superficie a cuya excepcionalidad ya se refirieron numerosos eruditos desde el siglo XIX, como por ejemplo Murguía.

Ejemplo de una buena gestión del patrimonio es Salamanca, Vitoria, Bilbao o Cartagena. En el caso de la ciudad salmantina, la exposición "Edades del hombre" incrementó en un 10% la facturación del comercio, y entre un 20 y un 30% la de los sectores de la hostelería y restauración. En el caso del Museo Guggenheim, solo a la Hacienda vasca le ha supuesto en una década unos espectaculares ingresos de 289 millones de euros.

Las excavaciones que sacaron a la luz el teatro de Cartagena, convirtieron un barrio degradado en una zona de alto valor. Así las cosas, de las 80.000 visitas iniciales se pasaron a 181.000 en 2015. Y desde que se efectuó esta prospección arqueológica, llegan más cruceros a la ciudad murciana y han abierto más locales comerciales. "Eso es crear ciudad, crear nuevos modelos de desarrollo económico", consideró Antonio Nicolau Martí.

El consultor cultural catalán abogó en Vilagarcía por ir más allá del turismo de sol y playa y elaborar un paquete en el que también tengan cabida la gastronomía, el vino, la naturaleza, la cultura ... Y todo ello con una necesaria colaboración público-privada que tenga en cuenta al sector hostelero, bodegas, guías turísticos... "En lugar de competir, cooperemos", proclamó. Además será un turismo más equilibrado a lo largo del año y convivirá mejor con los vecinos", auguró el ponente.

Para lograr estos objetivos y construir "un relato" de Vilagarcía, dejó claro que no hay fórmulas mágicas, sino métodos que pasan por investigar, restaurar, poner en valor y también socializar el Castro Alobre. Puso como ejemplo de divulgación y socialización la conferencia en la que estaba participando, donde aparte de la potencialidad turística del yacimiento de Alobre, se pusieron al descubierto todos los detalles de todos los espectaculares hallazgos encontrados, algunos de ellos inéditos en Galicia.

Tanto Martí como Diego Piay, arqueólogo de la Diputación y director de la excavación en el castro vilagarciano, abogaron ante un abarrotado auditorio por dar continuidad al trabajo ya realizado con nuevas intervenciones, aunque sean de menor envergadura que la ejecutada este año. "Cada pieza hallada nos cuenta una historia. No debemos dejarlo morir, sino mantenerlo vivo", proclamó el arquitecto Diego Piay a las preguntas de los asistentes.

En este sentido, Antonio Nicolau Martí instó al "conjunto de la sociedad" a "considerarse responsable" del Castro de Alobre y apostó por la colaboración público-privada para poner en valor y socializar el yacimiento, una colaboración en la que, recalcó, tiene que estar el Puerto. "No podemos quedarnos aquí, sino en un año el concheiro va a volver a ser un estercolero", dijo el experto catalán, también exdirector general de Relaciones Culturales del Ministerio de Exteriores. Integrar el castro en el contexto urbano, organizar visitas y excursiones y garantizar un mantenimiento continuo completan el reto que tiene Vilagarcía por delante.