El proyecto definitivo del puerto deportivo de O Grove se presentó a finales de febrero de 2011. Se dijo que iba a ser una instalación moderna capaz de impulsar dos actividades económicas fundamentales, como la pesca artesanal y la náutica recreativa.

El entonces presidente de Portos, José Manuel Álvarez Campana, hablaba incluso de "un paso histórico en la concepción portuaria de O Grove, ya que hemos optado por analizar en conjunto las dársenas de O Corgo y Porto Meloxo".

Y añadía: "Este es el mejor camino, dejando atrás posibles diferencias que han truncado importantes proyectos para este municipio". Al igual que definía la elegida como "una alternativa ya no de vencedores ni vencidos", sino como una apuesta ganadora "para todo el pueblo de O Grove".

Iba incluso a crearse una mesa técnica para pulir posibles defectos del proyecto y hacerlo realidad en 2015.

Hace un lustro el alcalde José Cacabelos destacaba la importancia del proyecto, alegando que recogía "gran parte de las demandas que se realizaban desde O Grove para acometer la reordenación de la dársena".

Y acto seguido mostraba sus deseos de que se cumplieran los plazos. "Esperemos que esto no tenga marcha atrás porque van a tener como el mejor aliado para sacarlo adelante al alcalde de este Concello", espetaba Cacabelos en 2011, aunque no le sirvió de nada.

Incluso el entonces patrón mayor, Francisco Iglesias, decía haber quedado gratamente sorprendido con la propuesta planteada por Portos, a la que se refería como "proyecto novedoso y sorprendente que nadie se esperaba pero que parece muy positivo para todos".

"Lo más importante es contar con puntos de amarre suficientes, abrigo y servicios; todo lo que se contempla en el proyecto, por eso esperamos que se pueda desarrollar cuanto antes y mejorar las condiciones de atraque", explicaba.