Juan Figueras es un hombre de edad avanzada que padece del corazón. Vecinos de la parroquia de Cea apuntan que a sus problemas de salud se sumó la semana pasada el disgusto que se llevó a consecuencia de los robos en la casa rectoral y en la iglesia (sendos actos delictivos ocurrieron en un periodo de dos días), por lo que el párroco no pudo oficiar misa durante unos días (entre semana solo hay una misa diaria, a las seis y media de la tarde).

Sin embargo el cura apunta que la misa esos días "ya no estaba programada con anterioridad" porque tenía "otras ocupaciones" en otras parroquias. Y es que Figueras se encarga de Cea, Rubiáns y también de Cornazo desde que a principios de año muriese su párroco titular.

No obstante, el sacerdote no oculta el disgusto que le supuso conocer que unos desaprensivos habían profanado el Sagrario de la iglesia. "La primera impresión fue dura", confiesa el religioso, quien insiste en que la parroquia de Cea "siguió su ritmo normal" pese al robo.