Posteriormente me enviaría en noviembre de 1984, fotografías de Vilagarcía de principios del siglo XX que estaban depositadas en dicho museo, así como datos familiares y artísticos sobre Sorolla y Vilagarcía, fruto de todo lo cual fue un ejemplar acerca la visita del pintor, en enero de 1985, en una revista llamada "Arealonga" editada junto con un amigo, José Luis Vila, con la ayuda de una fotocopiadora. Método sencillo al fin, pero lo suficiente como para poder editar un número reducido de ejemplares que sirvieran para recordar la historia reciente de Vilagarcía.

Tras el reciente centenario de la estancia de Sorolla en Vilagarcía del pasado 2015, y las magníficas conmemoraciones realizadas por los responsables del departamento de Cultura del ayuntamiento, solo añadir un esquema de lo que fue esta visita en base a dicha revista que edité en 1985.

Sorolla no vino a Vilagarcía al azar. Conocía y había visitado otras comarcas gallegas en años anteriores, y con la ayuda de su amigo, el pintor José María Fenollera, pintor valenciano como él, que se había establecido en Santiago de Compostela desde el año 1887, y con el que mantenía una relación epistolar fluida y amistosa, pudo decidir el lugar de residencia.

De hecho, durante su estancia en Vilagarcía dijo en una entrevista, que "iré a Santiago a saturarme del puro ambiente gallego, ver fisonomías de carácter y a procurarme algún traje, monteras, etcétera; allí tengo un conocido valenciano, Fenollera, profesor de la Escuela de Artes?".

Se sabe con certeza, que en Vilagarcía "venía recomendado a los señores del castillo de Vista Alegre", según una de las cartas que me envió Manuel R. Vega.

El prestigioso ginecólogo Alfonso Fernández-Cid Fenollera, nieto del citado pintor, dice en su biografía sobre éste, que fue un pintor gallego por el amor tras establecerse en Santiago.

Lo que se desconocía hasta hace poco, es el lugar donde se hospedó el pintor, y ha sido gracias a Javier Bouzada Romero, que se ha solucionado el misterio: fue en el hotel que regentaba el matrimonio formado por Eugenio Romero Vieites y su esposa María Sánchez Fernández, enfrente del antiguo muelle de hierro, en la actual avenida de la Marina.

Relata Javier Bouzada que "al atardecer Sorolla se sentaba en la terraza del hotel y quedaba extasiado por las bellísimas puestas de sol en Barbanza, exclamando ¡Pinceles! ¡Que me den pinceles! queriendo plasmar en el lienzo?"

La idea de que algún pintor ejecutase la monumental obra mural de una serie de pinturas representativas de las tierras de España, surgió del magnate norteamericano Archer Huntington, tras su visita a España iniciada precisamente en A Coruña en 1892. Quedó definitivamente impresionado por la riqueza humana y artística de España.

Apasionado de España, inaugura en 1908 la Hispanic Society en Nueva York, la cual llenará profusamente de libros, pergaminos, pinturas, esculturas, y todo lo que pudo comprar sobre España a lo largo de su vida. Para ello nombrará una serie de asesores culturales repartidos por toda España, uno de los cuales, fue el joven José Filgueira Valverde.

Para darnos una idea de lo que representa la Hispanic Society, solo comentar que tiene más de 800 cuadros, 6.000 aguadas y dibujos, 1.000 esculturas, 6.000 muebles, vidrieras, tejidos y joyas, 15.000 estampas, 175.000 fotografías, 15.000 libros anteriores al año 1701, 240.000 libros posteriores a dicha fecha, 200.000 manuscritos de los siglos XII al XX, piezas arqueológicas, y una inmensa colección numismática, todo ello procedentes de la Península Ibérica. Y ello a pesar de haberle prometido al rey Alfonso XIII "que nuca empobrecería el patrimonio nacional español".

Poco después hizo un contrato con Sorolla, "para la elaboración de una serie de cuadros representativos de las regiones españolas", razón por la cual, el pintor tuvo que ir eligiendo las comarcas más representativas de cada región.

Tan contento quedó Archer Huntington con Sorolla, que la Hispanic Society fundó la "Medalla Sorolla", "para los que contribuyen a difundir la cultura y el arte en el ámbito hispano". Algunos de los que la han recibido son: la reina doña Sofía, Jesús de Polanco, el empresario mejicano Roberto Hernández, José María Álvarez Pallete, etc.

Fue el 9 de julio, cuando la prensa local comenta que "el insigne pintor valenciano Joaquín Sorolla, se encuentra entre nosotros desde ayer con su distinguida familia". Dijo en esta ocasión el pintor que "necesito trasladar al lienzo algo de lo típico de esta tierra y Villagarcía me pareció muy a propósito para la consecución de mis deseos, y lo que ahora quiero, es un lugar tranquilo y soleado en que poder trabajar a la vista de los modelos vivientes que buscaré entre la gente del campo y del mar".

En una entrevista que apareció en el periódico local "Galicia Nueva", le comentaría a Daniel Porto, que "elegí Villagarcía por ser más popular, más conocida, por su hermoso horizonte, y porque deseo caracterizar el escenario de mi cuadro, con el fondo de esta bella ría".

Alguien le había recomendado a Daniel Poyán como persona clave para resolverle los problemas que pudieran surgirle en Vilagarcía, y el más inmediato era la construcción de un andamio para poder trabajar. Por ello, Daniel Poyán le recomendó a Eleuterio Vega, abuelo de Manuel R. Vega, que le solucionó todos los problemas de carpintería.

Eleuterio le presentó a su hijo, el cual acompañó a Sorolla por todos los lugares que deseaba: mercado, pazo de Vista Alegre, alrededores de Vilagarcía, ayudándole como intérprete cuando la conversación con algún paisano se le hacía más dificultosa.

Sorolla hizo una serie de bocetos, algunos de los cuales le sirvieron para pintar su mural "Galicia", que él siempre quiso que se llamara "La Romería", y otros, que quedaron en sencillos bocetos, algunos de los cuales está actualmente en el Museo Sorolla de Madrid. Además, pintó pequeños cuadros, que con el paso de los años, algunos pasaron a manos particulares.

Tal como le dijo el pintor a Daniel Porto, "tengo el encargo de pintar el friso de un gran salón, del museo hispano erigido en Nueva York, dedicado a la cultura española, por la sociedad hispanófila, que preside el ilustre admirador de España Mr. Huntington. Será un gran friso, con interrupciones de setenta y cinco metros de largo".

En él, estarán representadas las diversas costumbres y tipos de todas las regiones españolas con figuras de tamaño natural, y este verano me ha tocado venir a pintar a Galicia".

Acompañado de los Vega, el padre para confeccionar cualquier armatoste en madera que desease el maestro, y el hijo para llevarle las pinturas y el caballete y servirle de intérprete con los paisanos, establece su zona principal de pintura en el pazo de Vista Alegre, perteneciente por entonces a Carmen Fernández y Antolín García, y al mismo, acudirán con cierta frecuencia personajes que después quedarán consagrados en la magnífica pintura que representará a Galicia en la Hispanic Society de Nueva York.

Según los recuerdos de Manuel R. Vega, algunas de esas personas que aparecen en la pintura serán, Carmen Galbán, ahijada de los dueños del palacio, Manuel Novás, Dolores Novás y Lucia Vega, hermana del joven Vega que acompañaba a Sorolla en sus desplazamientos. Jaime Bouzada complementa la lista diciendo que quien "aparece sentada a la derecha del cuadro es Socorro Rey Sánchez, hija de Carmen Sánchez Fernández y de Jacobo Rey Daviña".