El Ayuntamiento de Cambados ofrece a los emprendedores despachos en el vivero de empresas de Sete Pías con unos precios de alquiler mensual que oscilan entre los 30 euros en el caso de las oficinas de "coworking" y los 37 de los despachos individuales.
El concejal de Promoción Económica, y portavoz del ejecutivo local, Xurxo Charlín, explica que hay espacio para un total de ocho personas: la mitad podrían ocupar oficinas individuales, y las otras cuatro plazas se encuentran en el "coworking", que es una sala con cuatro puestos de trabajo separados por pantallas de madera.
En estos momentos hay ocupados tres despachos individuales, aunque también hay otro emprendedor interesado en el cuarto. Para lo que no hay todavía solicitudes es para el "coworking", que terminó de habilitarse hace apenas una semana, cuando el Ayuntamiento organizó sus segundas jornadas de fomento del emprendimiento.
Charlín sostiene que el vivero de empresas persigue fundamentalmente dos objetivos. Por un lado, ayudar a personas con proyectos empresariales a poner en marcha sus ideas; y, por otro, dar uso a un edificio que fue inaugurado hace ya 10 años -concretamente el 1 de diciembre de 2006-, pero que estuvo siempre casi sin uso alguno.
En lo que respecta a las ayudas a los emprendedores, el concejal de Promoción Económica sostiene que el Concello corre con los gastos de luz, agua y conexión a internet por wifi y cable, y que los aspirantes también pueden beneficiarse de condiciones ventajosas a la hora de conseguir financiación, pues la administración firmó un convenio con la Fundación La Caixa, de modo que ésta correría con el pago del alquiler durante seis meses, y concede el crédito sin necesidad de presentar aval. El arrendamiento de cada espacio es por dos años, aunque se puede prorrogar más tiempo.
En O Salnés existen actualmente tres viveros de empresas, que son los de la Cámara de Comercio, en Vilagarcía; el que tiene el Concello de Vilanova en el pazo de Vista Real; y éste de Cambados. Un vivero que han inaugurado tres emprendedores. Uno de ellos abrió una asesoría fiscal para empresas; otra una clínica de osteopatía; y el tercero, una firma dedicada a la exportación.
Dos historias
Nuria Caballero es de Vigo y tiene 39 años. Trabajó durante 22 años como osteópata y quiromasajista en su ciudad natal, y llegó un momento en que sintió la necesidad de establecerse por ella misma. Leyó en el periódico que el Concello de Cambados estaba montando un vivero de empresas y se lanzó de cabeza. Dos meses después afirma que "estoy contenta, feliz".
La osteópata sugiere que aunque el vivero de empresas pueda estar alejado del centro urbano -se encuentra en el polígono industrial de Sete Pías- a ella no la perjudica. "En este trabajo tienes que ser un poco bueno, y si lo eres la gente va donde estés. Y los alquileres en el centro de Cambados son muy caros". De hecho, aduce que tiene tanto trabajo que próximamente entrará a trabajar una segunda persona en la clínica.
Nuria Caballero afirma que "hay un abismo" entre trabajar en una empresa y hacerlo para uno mismo. "Puedes organizar tu trabajo con respecto a tu vida, y eso en una empresa es muy complicado".
Luis Pousada, un vilagarciano de 41 años, también cambió una nómina fija a fin de mes por una empresa propia. Ocupa otro de los despachos del vivero de empresas de Sete Pías, y aplaude la implicación del Ayuntamiento. "Este tipo de iniciativas nos facilita mucho dar el paso de emprender... Y el Concello está más pendiente de nosotros que nosotros de ellos".
Pousada asegura que dio el paso de establecerse como autónomo al comprobar que hay muchas empresas que necesitan personal administrativo, pero que carecen de medios económicos para contratar a nadie a tiempo completo. Así las cosas, se hizo una lista con algunas firmas a la que podría interesarle un servicio externo de asesoría fiscal integral y probó suerte. Como su compañera en el edificio de Sete Pías, está muy contento de haber dado el paso. "Cuando eres asalariado estás más encasillado, y te acomodas. Ser autónomo te obliga a diversificarte constantemente. Es más enriquecedor".
La polémica señalización
Los usuarios del vivero de empresas pidieron al Ayuntamiento que señalizase las instalaciones en las carreteras, para ayudar a sus clientes a llegar hasta ellos. El Concello solicitó permiso a la Xunta de Galicia para poner unos carteles en la rotonda de la vía rápida en Vilariño, pero la administración autonómica les negó el permiso, alegando que es publicidad, a pesar de que sí dejó en su día anunciar el polígono industrial. Por ello, el Concello va a recurrir esa negativa, y mientras tanto pondrá señales en vías locales.
Cambados también ofrece espacios en un vivero industrial, que podría albergar desde talleres de electricidad o carpintería hasta un almacén de vino, por citar tres ejemplos.
