Cuando una gacela detecta la proximidad de un león, su cerebro instintivo segrega unas sustancias que hacen que toda su sangre se concentre en los músculos, y emprender de ese modo la huida. Si lo consigue, en cuanto pase el peligro, la gacela volverá a pacer plácidamente. Cuando un ser humano se siente en peligro, se activan en su cuerpo las mismas reacciones; pero hay algo que diferencia al ser humano de la gacela: a una persona no le será tan fácil como a la gacela recobrar el estado de tranquilidad y bienestar que tenía antes de la irrupción del peligro.
Cambados acoge esta tarde la segunda jornada de un taller que empezó ayer y que se titula "Alegría. Realmente tienen influencia las emociones en la salud?". Lo imparte María Jesús Soutullo Crespo (Sanxenxo, 1963), una licenciada en Derecho, mediadora y "coach", que explicó a los ponentes los efectos positivos que emociones como la alegría tienen sobre la salud y, de otra parte, los negativos que pueden tener la ansiedad o la frustración mal gestionados.
"Está demostrado por la neurociencia y por técnicas de neuroimagen que la alegría sí puede prevenir enfermedades", explica María Jesús Soutullo. Esto se debe a que los humanos son seres "neurobioemocionales", cuyos cerebros segregan sustancias como la dopamina, la serotonina o el cortisol, las cuales tienen efectos directos sobre la fisiología.
Plasticidad cerebral
María Jesús Soutullo cita al Premio Nobel de Medicina en 1906 Santiago Ramón y Cajal. El científico español ya acuñó el concepto de "plasticidad cerebral", que implica que "las células se expanden y se comunican entre sí a través de los neurotransmisores". Estos implica que "nuestros cerebros se construyen constantemente". A modo de ejemplo, la "coach" arousana apunta que mientras una persona da una ponencia está repasando mentalmente sus conocimientos, mientras que en el cerebro de las que la están escuchando se crean estructuras nuevas por lo que está aprendiendo.
¿En qué medida influye entonces el cerebro en la salud de una persona? La ponente en el taller de Cambados considera que lo hace en gran medida. Pero cada individuo también puede entrenar su cerebro para que éste reaccione de forma más optimista y alegre ante la vida y los diferentes estímulos del exterior, ya que "el cerebro es el hardware y la mente el software".
Para entrenar esas habilidades, María Jesús Soutullo empleará en su taller de esta tarde herramientas y técnicas diversas, tan aparentemente distintas entre sí como serían la zumba o la cromoterapia, y la programación neurolingüística o la epigenética. "Decía Henry Ford que tanto si tú crees que puedes, como si crees que no puedes, aciertas. Lo que creo, lo creo. Lo que pienso, lo construyo. De modo que, conociendo los procesos y sus consecuencias, seremos capaces de facilitar los cambios positivos y exitosos en nuestra vida".
