Los conflictos sociales que se generan en entornos escolares se han convertido en un problema que esta generando un importante foco. La comunidad educativa del colegio San Roque de Corón ha dado un paso al frente en esta materia con la organización de charlas de prevención y asesoramiento profesional. Hoy mismo la psicóloga vilanovesa Lidia Bermúdez Fernández pondrá a disposición de los alumnos herramientas para combatir cualquier tipo de conducta o comportamiento antisocial. Su charla se dividirá en dos bloques de alumnos y dará comienzo a partir de las 13 horas.
-Va usted a dar una charla a los alumnos del colegio público San Roque ¿Cuáles serán las líneas maestras de su exposición?
-Voy a empezar explicando el problema del bullying y todo lo que ello conlleva. A los más pequeños les pondré un corto que explicará un poco la situación y con los alumnos mayores trabajaremos sobre noticias de periódico sobre el tema. También queremos establecer algún protocolo de actuación por si detectan algún caso en el cole. Se trata de saber como dar alarma y para eso trataremos de crear la figura de los compañeros mediadores. Este grupo será el que recoja cualquier aviso de posible problema escolar entre compañeros. Ocuparán el papel de protectores. También deben saber que no solo es bullying físico, a veces es verbal, social o de aislamiento con consecuencias negativas.
-¿Hay tanta problemática en los centros escolares como parece?
-Sí hay mucha problemática. La mayoría de ellas no se dan a conocer, pero están latentes en muchos lugares y de repente aparecen los casos de manera violenta. La clave para prevenir todo esto está en crear una comunidad protectora para que entre unos y otros vayamos descubriendo casos y poniéndoles solución.
-No son pocos los que piensan que el sobreproteccionismo de los padres tiende a exagerar algunos casos.
-Hay proteccionismo. Por ejemplo ahora está el tema de los deberes. Debemos saber que los niños están en medio de todos esos problemas que se pueden generar. Hay que saber distinguir entre un problema real y un capricho y distinguir una pequeña broma a constantes desprecios o intimidaciones.
-No parece tarea fácil detectar, localizar y prevenir el acoso escolar.
-Todo se puede prevenir. Hay que crear un ambiente que no sea impune con conductas agresivas. Los niños deben saber qué está bien y qué está mal para no dar por normales ciertas cosas. Ni tampoco los que agreden. No es normal que ocurra.
-La entrada de nuevas tecnologías también ha abierto una puerta a otro tipo de conductas malintencionadas. Puede incluso convertirse en un potenciador de las mismas. ¿Lo ve así?
-Sí que las fomentan. Desgraciadamente es así. Los casos de bullying o acoso se prolongan con los teléfonos y las redes sociales a horas fuera del entorno escolar. Por lo que la sensación de agobio, ansiedad e inseguridad puede ser mucho mayor.
-¿A qué edad aconsejaría a un padre comprarle un móvil a su hijo y que pautas debería seguir para un uso apropiado del mismo?
-Hasta después de Primaria no deberían utilizar. Hasta los doce y catorce años no sería recomendable dar un móvil a un niño. El uso inapropiado puede traer conductas agresivas, que se abandonen en temas de estudios y su sociabilidad se vea mermada. El no interactuar físicamente es muy negativo. Es un factor importante del desarrollo. Tiene que haber más contacto real y no tanto tecnológico.
-Los niños tienden a dar escasa información de sus problemas a determinadas edades. ¿Se puede entrenar la conducta para que exista una mayor fluidez comunicativa entre padres e hijos?
-Sí existen técnicas. Por el contrario hay padres que tienen conflictos con los profesores y hay que saber que los niños explican y cuentan más si la relación entre la familia y la escuela es buena. Si ven que los padres no tienen buena relación con el colegio se cierran más. Si un niño escucha al padre hablar mal de su profesora eso no ayuda. Delante de los niños no se debe desautorizar el trabajo de nadie.
-¿Hay técnicas para detectar problemas de marginación?
-Con los más pequeños utilizo terapias de juegos representando situaciones y se detectan un montón de conflictos. Por medio de representaciones de la vida diaria o de dibujos. Los niños representan sentimientos de alegría y tristeza. Si preguntan a un niño de clase con quien no le gustaría sentarte en el autobús y todos contestan igual se pueden detectar casos de discriminación y trabajar sobre ellos.
