Habitualmente los encargados de extraer erizo en O Grove pactaban las cantidades, días de trabajo o precios con sus compradores habituales, marcando una tarifa mínima y comprometiendo las descargas en función de los pedidos existentes, siempre que fuera posible. En esta nueva campaña va a ser necesario someter el producto a subasta en lonja, y además con un precio mínimo de retirada que no convence a todos los compradores.

Carlos Allo, por ejemplo, explica que su empresa, Mariscar de Galicia, tendrá que valorar la situación en cuanto lleguen a tierra los primeros erizos. "Tendremos que ver si este año compramos también o no -explica-, pues poner el precio mínimo en 6 euros por kilo nos parece excesivo para un producto que en O Grove no suele ser grande; y desde luego no alcanza el tamaño del de Cangas o Baiona que se captura en el entorno de las islas Cíes".

Basándose en su propia experiencia Allo explica que el año pasado "tenía 3 o 4 barcos que me suministraban el erizo previo acuerdo respecto al precio, y el producto ya no iba a subasta; de esta forma las embarcaciones participantes en el plan negociaban directamente con los compradores, pero este año decidieron organizar subasta, y a priori creo que no va a dar buen resultado". Y a su juicio hay otro problema, ya que "pretenden organizar una subasta por la mañana y otra por la tarde, cuando todos sabemos que es fundamental enviar el erizo cuanto antes porque los compradores lo exigen lo más fresco posible". Lo que quiere decir este mayorista grovense es que "si se hace una sola subasta, a las once o doce de la mañana, nos da tiempo a comprar el erizo, meterlo en cajas y enviarlo a nuestros clientes de Francia u otros lugares lejanos para que lo tengan al día siguiente, pero si se hace la subasta por la tarde habrá que guardar el producto en cámaras frigoríficas y remitirlo el día después, por lo que acumularemos 24 horas de retraso".