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"La rentabilidad se redujo a la mitad", sostiene el técnico Rafael Domínguez

Instaló 4,2 millones de paneles solares desde 1998 tanto en empresas como en hogares

Rafael Domínguez Piñeiro, director de Inelsa en Noalla (Sanxenxo). // Iñaki Abella

"La rentabilidad de este tipo de plantas cayó del 14 al 7,5 por ciento desde 2013, debido a los dos recortes aplicados por el gobierno desde entonces". Quien así habla es Rafael Domínguez Piñeiro, director técnico de la empresa instaladora Inelsa, afincada en Noalla y que es uno de los referentes gallegos del sector. A la firma, vinculada en esta actividad desde 1998, le avala el haber instalado hasta la fecha 4,2 millones de paneles solares así como su presencia internacional en cuatro continentes, incluyendo países como Inglaterra, México, Chile, Honduras, Tanzania, Mozambique, Kuwait o el emirato de Dubai entre otros. "Esas rebajas -añade Domínguez Piñeiro- significaron la puntilla para las plantas fotovoltaicas que vertían a la red, tanto que hoy habilitar una instalación de este tipo ha dejado de ser rentable, dada la inversión necesaria y el precio al que te pagan esa electricidad".

"El Real Decreto de 2015 -explica el director técnico de Inelsa- abre como mejor alternativa la de instalación de paneles fotovoltaicos en empresas y hogares orientados hacia el autoconsumo, si bien también aquí hay mucho camino por andar, dado que la legislación vigente en España lo constriñe en exceso".

"Uno de los problemas -precisa- es que la ley dificulta en extremo el empleo de baterías, cuya función es hacer posible el almacenamiento de la energía obtenida durante los momentos punta del día para consumirla luego por la noche. Únicamente puedes consumir la energía en el momento en que justo la obtienes, y esto te deja sin ninguna posibilidad de autoconsumo durante la noche". "

Las baterías tipo Tesla o similares -precisa- son legales ya en España y se podrían utilizar, pero la ley ha fijado para ellas unos peajes tan elevados, que impide que en la práctica sean rentables", exponen el técnico.

"El otro hándicap -añade- es que la normativa establece el pago de peajes, esto es, aquella persona que se autoabastezca con fotovoltaica en su vivienda, tiene que pagar una tasa a la compañía suministradora por usar la red para verter en ella esta energía sobrante en horas punta, energía que por encima no te van a pagar, salvo si se trata de una gran instalación industrial de más de 100 kW, pero ese no es el caso de una vivienda particular".

"La normativa en nuestro país -apunta Rafael Domínguez- debería ir en el sentido de la legislación que impera desde hace años en países como Alemania, Estados Unidos, Chile o México, incluso ahora en Portugal.

En ellos se hace lo que se llama balance neto, esto es, si produces 10.000 kW en las fotovoltaicas de tu vivienda y consumes 8.000, los otros 2.000 que viertes a la red te los pagan.

En España, actualmente, por esos 2.000 kW no te pagarían nada". "De hecho -agrega Piñeiro- este balance neto era la línea de un borrador de ley que pretendía la oposición y que, pienso tiene visos de prosperar en la próxima legislatura, con lo que realmente se abrirían muchas puestas para la fotovoltaica de autoconsumo", sew consuela.

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