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El polémico Obelisco de Vilagarcía sigue en la Escola de Canteiros de Pontevedra

El gobierno local es incapaz de buscar una ubicación alternativa y digna para el elemento ornamental -Necesita un reloj que cuesta 3.000 euros

El obelisco en su antigua ubicación. // Iñaki Abella

El gobierno local de Vilagarcía ha sido incapaz de encontrar un lugar idóneo alternativo a la plaza de Galicia para emplazar el histórico Obelisco que desde julio de 2015 está depositado en los talleres de la Escola de Canteiros de Pontevedra.

El elemento ornamental fue retirado de la plaza de la Constitución de Vilagarcía para su restauración a cargo de la Diputación de Pontevedra, aunque el encargo se realizó en el momento más inorportuno pues fue el momento de transición de un gobierno del PP al actual del PSOE.

El alcalde Alberto Varela descartó desde el primer momento que el reloj presidiera la plaza de Galicia, a pesar de que es su ubicación natural y original pues centraba la histórica glorieta que distribuía el tráfico en el centro histórico.

A partir de ahí surgieron ideas poco realistas como emplazar la simbólica piedra en la estrecha y peatonalizada calle Rey Daviña para lo que habría que retirar mobiliario y árboles ornamentales, con el añadido de que interrumpiría elpaso de vehículos de emergencias o incluso de una simple mudanza vecinal.

Tampoco ha servido la propuesta de emplazarlo en la zona más ancha de Rey Daviña, en parte por la proximidad a la idea del PP de devolver el polémico obelisco al lugar de origen.

Así la propuesta que podría volver a ponerse sobre la mesa es que regrese a su última ubicación en la plaza de la Constitución, un lugar en el que pierde visibilidad, como se ha demostrado en los últimos años.

Pero esta discusión lleva a que el conocido obleisco vilagarciano lleve casi dos años fuera de la ciudad sin que nadie se digne a reclamarlo a pesar de estar totalmente restaurado y listo para su instalación en cualquier momento.

La única ventaja es que todavía no se ha adquirido el reloj que corona el monumento, pues el antiguo está averiado y su recuperación es imposible.

Se estima que esta máquina podría suponer un coste de alrededor de 3.000 euros, a lo que habría que sumar el precio de construir la base en la que se instale el monolito de piedra.

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