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Las biotoxinas vuelven a amenazar con el cierre de las bateas de mejillón gallegas

El aumento de células obligó en los últimos días a prohibir la extracción en tres polígonos bateeiros de Pontevedra y Vigo -Serán muchos más en cuanto regresen las lluvias

El laboreo en aguas de O Grove. // Muñiz

El fitoplancton portador de biotoxinas marinas vuelve a incrementar su presencia y parece empezar a introducirse nuevamente en las rías. Las lluvias y vientos de componente sur registrados la semana pasada tienen mucha culpa de ello. Es pronto para saber cómo puede evolucionar y si realmente se avecina un nuevo episodio tóxico de esos que provocan el cierre total de bateas, pero de lo que no cabe duda alguna es de que la producción de mejillón vuelve a verse amenazada, ya que la sombra del bloqueo extractivo a corto y medio plazo planea de nuevo sobre la mitilicultura en la comunidad autónoma.

De hecho en los últimos días se decretó ya el cierre de varios polígonos en las rías de Pontevedra y Vigo -en aguas de Cangas-, como sin duda irán en aumento esas prohibiciones en cuanto lleguen los temporales otoñales, y parece que puede suceder sin necesidad de que estos sean demasiado intensos.

Ya se advirtió de esta situación a finales de agosto y principios de septiembre, cuando nadie podía imaginarse que el verano iba a quedarse en Galicia hasta prácticamente el día de la Hispanidad.

Pero lo cierto es que las buenas e inusuales condiciones meteorológicas registradas hasta entonces -y retomadas esta misma semana- mantuvieron a raya a las toxinas lipofílicas e impidieron o ralentizaron su avance, haciendo incluso que hace un mes retrocediera el episodio tóxico, cuando el cierre total de bateas parecía ya inevitable.

Ahora el agua sigue a una temperatura alta -demasiado para lo que suele ser habitual en esta época del año-, y a las rías llega cada vez más agua dulce, acumulada en los cauces fluviales en la últimas semanas y días debido a las precipitaciones caídas. Si a esto se suma el regreso de vientos de componente sur, es fácil de entender que las popularmente conocidas como "mareas rojas" empiecen a reaparecer.

Esto significa que los nutrientes vuelven para adentrarse en las rías, lo cual resulta enormemente positivo para toda la producción de las mismas, pero también que con ese alimento regresa el fitoplancton portador de biotoxinas y, en consecuencia, regresan las prohibiciones de extracción.

"Vuelven los cierres de bateas porque tienen que volver, es absolutamente normal; lo realmente extraño es que no se produjeran de manera mucho más intensa con anterioridad", explicaban ayer diferentes bateeiros, quienes además insisten en que "el otoño va a resultar especialmente complicado porque ahí afuera -en la plataforma continental- hay una inmensa cantidad de células tóxicas esperando a entrar en las rías en cuanto lleguen los vientos que las empujen lo suficiente".

Quienes así opinan consideran también que "la campaña navideña va a estar muy complicada", aunque reconocen igualmente que el buen tiempo reinante en septiembre permitió descargar una buena cantidad de producto en los puertos gallegos.

Una cantidad, dicho sea de paso, incluso mayor que la movida otros años por las mismas fechas, ya que ante las previsiones de un cierre generalizado de zonas productoras los bateeiros y sus compradores quisieron acelerar al máximo en agosto y septiembre para tratar de colocar todo el producto posible en los mercados antes de que llegaran los cierres.

"Ahora se está descargando, sobre todo, para la industria transformadora -cocederos y conserveras-, pero también para Francia e Italia", argumentan los productores, que además sugieren que los italianos "suelen incrementar sus pedidos en esta época del año".

A estas alturas permanece cerrada media docena de polígonos bateeiros localizados en las rías de Vigo, Pontevedra y Ares-Betanzos. Es una cifra todavía baja, pues quedan más de cuarenta aún operativos, pero como se explicaba anteriormente todo parece indicar que los cierres van a ir aumentando en próximos días y que el ritmo de prohibiciones se disparará en cuanto llegue el mal tiempo.

Ante esta nueva "amenaza" el ritmo de descargas en los muelles gallegos parece haberse incrementado de nuevo. "Estamos como estábamos hace un mes, con el temor a que llegue la marea roja y nos cierre todo, por eso tratamos de vender todo el mejillón que podemos a nuestros clientes", indicaban a pie de puerto los bateeiros de Porto Meloxo (O Grove).

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