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La seguridad es una de las mayores preocupaciones durante la práctica de este deporte

La seguridad era una de las principales preocupaciones de los cazadores que ayer salieron al monte en el primer domingo de caza menor en Galicia, una campaña que se va a prolongar hasta el próximo 6 de enero.

Esa responsabilidad es mayor en este arranque de la temporada a raíz de los dos accidentes graves, uno de ellos mortales, que se han producido este mes.

De ahí que ayer en el monte se hablara, y mucho, de los riesgos que se enfrentan cuando salen con sus escopetas, a saber, jueves, domingos y festivos, porque sus cotos no están cerrados.

Aunque tratan de evitar la polémica son incapaces de callar su preocupación por otros colectivos que también quieren disfrutar del monte, especialmente deportistas y buscadores de setas u otros productos del bosque.

La advertencia es especialmente para ciclistas y motoristas que acuden los fines de semana a hacer cross de riesgo por sinuosas pistas y caminos forestales. El problema es que "las armas las carga el diablo" por lo que las probabilidades de la "bala perdida" aumentan de forma directamente proporcional.

Los responsables de la asociación Karsita piden a estas personas que extremen las precauciones y tengan prudencia, no en vano hay cerca de 250 escopetas levantadas para atrapar conejos, perdices, zorros y otras especies.

Entre otros consejos plantean que usen chalecos reflectantes para hacerse ver en los lugares más problemáticos. Ayer una mujer dedicó la mañana a recoger níscalos a ras de suelo. Peligro.

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