Más de un millar de cazadores han colgado sus escopetas al hombro en O Salnés en la primera jornada de caza de la campaña autorizada por la Xunta de Galicia hasta el próximo 6 de enero.

Fue un día en el que la seguridad, los efectos de los incendios, la presencia de ciclistas de montaña, el tiempo y también el coste de esta afición ha provocado un gran debate en "Karsita" como en otras asociaciones de cazadores de la comarca que durante la mañana de ayer se echaron literalmente al monte para dar captura a distintas especies autorizadas como el conejo, la perdiz, el zorro o las palomas torcaces, por poner algún ejemplo.

Los cazadores de Karsita salieron al monte tan pronto como empezó a divisarse la claridad del día. Con sus escopetas al hombro fueron comprobando paulatinamente su decepción por las escasas piezas a su alcance.

Pedro Caamaño (50 años) y su hermano Félix (54) aparcaron en la primera explanada que encontraron y bajaron a sus perros para que comenzasen a olisquear a primera hora de la mañana.

"Son casi las 12 y solo movimos alguna madriguera de conejo pero nada más porque llovío esta madrugada y los perros pierden el rastro", expone el menor de los hermanos. Los dos cazadores creen que esta temporada va a haber poco conejo en el monte. "Apenas se observan piezas", afirma con cierta resignación pese a que ni siquiera les gusta el sabor de esta carne. "Nosotros solemos regalarlos a amigos y venimos al monte porque nos gustan los perros", admiten.

A unos cien metros de distancia Javier Cifuentes y Manuel Leiro, de esta misma sociedad vilagarciana, confirman la escasez de esta especie cinegética pero subrayan que esta temporada no se van a encontrar con problemas de mortandad como hace dos años cuando un virus hemorrágico, el RHDV-N11, arrasó con la práctica totalidad de la población cunícula.

Cifuentes abandonaba a mediodía el alto de Xiabre con cierta frustración "porque era un día inmejorable para cazar y no se movió ni una pieza", reconoce.

La explicación podría estar un poco más arriba donde se encontraron José Antonio Conde, Pedro Rodríguez, José Gómez Moyano y Manuel Gómez Fernández que acababan de abatir una zorra que con seguridad espantó los ejemplares que pudiera haber en un radio de cien metros alrededor.

Con todo presumían de haber atinado con sus escopetas sobre un "conejo autóctono" , aunque esperan mayor fortuna el próximo jueves.

En lo que todos los cazadores consultados coinciden es en el daño que les ha provocado el tremendo incendio de Xiabre, ocurrido el pasado mes de agosto. "Arrasó la cuarta parte de nuestro coto, en la zona más productiva", asegura José Antonio Conde, a la sazón vicepresidente de Karsita.

Antes lo había subrayado Pedro Caamaño quien lamenta que hasta dentro de tres años no podrán disparar en esa zona "porque lo prohíbe Medio Ambiente".

Y es que las normas para este tipo de batidas son muy estrictas para los aficionados a la caza, pues además de limitarse el número de días de la semana y el horario diurno, solo pueden acudir a una batida con un máximo de 20 canes, tienen que emplear ropa que sea visible y no pueden disparar desde la carretera.

Aún así, la pequeña sociedad de caza vilagarciana, presidida por María Rodríguez, cuenta con 220 socios que tiene la esperanza de disfrutar de una buena temporada de caza, aunque ayer los disparos sonaban sobre todo en Loenzo.

Así se contó en Castroagudín en cuyo bar cada cazador dio rienda suelta a su imaginación sobre una jornada con sus más y sus menos.