Dos euros por alumno y día es el presupuesto con el que cuenta el colegio de Mosteiro, en Meis, para dar de comer a 280 escolares. Es el propio director, Luis Camilo Fernández, quien elabora los menús con la ayuda del encargado del comedor. "Seguimos los criterios de la Consellería y parámetros nutricionales básicos. Todas las semanas hay pescado, carne y diversas hortalizas".
El CEIP de Mosteiro fomenta el producto fresco y de la zona. "Tenemos un proveedor en la lonja de Carril para moluscos y otro en Vigo para pescado de temporada", explica el director. Marmitaco de bonito, castañeta asada, fideos con rape, merluza del pincho, pez espada... Los alumnos se lo comen todo porque "lo cocinamos de manera que sea atractivo para el paladar infantil". Hasta las pizzas, croquetas o san jacobos los elaboran los cocineros del centro, evitando siempre las frituras. "En todo el mes de octubre solo hay tres, el resto son guisos, asados o al horno". En cuanto a los hidratos de carbono, las patatas fritas se sustituyen frecuentemente por arroz, por ejemplo.
Para dinamizar la actividad del comedor el colegio organiza cinco jornadas gastronómicas al año, la última de la India. Además, las cuidadoras indican en unas fichas si algún alumno no come, para después informar a las familias. "Algunos son bastante malos comedores, pero tampoco los obligamos porque pueden coger manías. Hay que tener un poco de tacto", dice Luis Fernández.
