Un grupo de mariscadoras de Carril protagonizaron ayer un encontronazo con el patrón mayor, José Luis Villanueva, al que acusan de querer impedirles vender almeja y berberecho de talla reglamentaria. El incidente acabó con la presencia en la lonja de un funcionario del Servizo de Gardacostas, que llamado por las propias mariscadoras, acudió a comprobar la talla de los bivalvos, una intervención que la Consellería de Mar define como "una inspección rutinaria y dentro de lo habitual" en la que no se produjo "ningún decomiso". Porque la inspección terminó dándoles la razón a las mariscadoras, al comprobar el técnico que la almeja cumplía con la talla mínima legal de 35 milímetros de largo y también estaba dentro de lo reglamentario el berberecho.

Según explicaron en la propia lonja algunas de las mariscadoras que se vieron implicadas en este desencuentro, la criba por la que tiene que pasar el marisco antes de su pesado "no coge algunos ejemplares que dan la talla de largo". Era debido a esta circunstancia por lo que, según afirmaron, "el patrón mayor no nos quiere dejar vender" parte de sus capturas. "Tuvimos que llamar a la inspección para que vinieran a medirlas y tanto las almejas como el berberecho dan la talla, todo era de cauce legal", explicaba una mariscadora.

El patrón mayor, por su parte, apunta que "las máquinas que hay en la lonja y las normas son las mismas que antes de que yo llegara al cargo", añadiendo que "algunos parece que quieren cambiarlas". Según explica, estas mariscadoras estaban ya molestas porque el jueves "les mandé tamizar marisco que no había pasado por la máquina yque no daba la talla, era cría", de ahí que ayer, continúa, "llamaron a Gardacostas".