¿Se ha terminado la relación entre O Grove y el Ejército? Esta es la pregunta que muchos pueden hacerse después de que el pleno de la corporación, a propuesta del BNG, acordara pedir la retirada de la Batería Militar de Con Negro. Desde entonces ha podido traslucir que la localidad meca quiere ser zona "desmilitarizada" y que no quiere saber nada de las tropas.

Pero en realidad son muchos los nexos de unión entre los militares y este municipio arousano. Prueba de ello es que esa batería militar siempre acogió actividades lúdicas en las que participaron los escolares y la sociedad meca en general.

A las jornadas de puertas abiertas se suman propuestas de tipo religioso, pues hay que recordar que en abril el Destacamento Puerto Cuaces de San Vicente do Mar organizaba junto con la Parroquia de San Vicente de O Grove una misa en la capilla existente en las instalaciones del Ejército de Tierra, actualmente reducidas a campo de maniobras para la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable VII (Brilat).

Junto a la actividad desarrollada en este espacio militar hecho realidad en la década de los cuarenta que inicialmente dispuso de tres cañones, instalándose años después una cuarta pieza, hay que tener muy en cuenta los simulacros o adiestramientos militares que se realizan en la localidad por tierra, mar y aire.

Otra prueba de que O Grove no está tan distanciado del Ejército como podría creerse tras la moción del BNG puede encontrarse en los actos conmemorativos del 50 aniversario de la Brigada Galicia VII, celebrados el domingo pasado y que incluyeron una parada militar en la que participaron cerca de mil soldados y oficiales, presididos por el general jefe de la Fuerza Terrestre (Gefuter), el teniente general Juan Gómez de Salazar Mínguez.

En presencia de la presidenta del Congreso, Ana Pastor; el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el presidente el Parlamento de Galicia, Miguel Santalices; y conselleiros como los de Sanidade y de Política Social, entre otras autoridades, se dio especial protagonismo a 148 civiles que juraron o prometieron fidelidad a la bandera.

Pues bien, entre ellos se encontraban una treintena de grovenses, quienes "en virtud de su conciencia y honor" se comprometieron a guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con fidelidad al Rey y, si es necesario, a entregar su vida en defensa de España.

Entre quienes juraron bandera se encontraban el exalcalde grovense Miguel Pérez y una de sus hijas; los hosteleros Manuel Castro y su hija Beatriz; la concejala del PP Alejandra Lamas; José Besada, presidente de la patronal; el exconcejal Francisco Fuentes y su hijo Francisco Javier; el constructor José Blanco; bateeiros como Ramón Castro y Carmen Vidal; el exguardia civil Pedro López Fariñas; José Manuel Pérez Piñeiro, uno de los organizadores de la Festa da Malla; y Juan Castro Blanco, carpintero.

También estaba por allí Víctor Otero Prol, al que muchos conocerán, entre otras facetas, por su papel al frente de la agrupación de voluntarios de Protección Civil de O Grove, desactivada en el presente mandato político. A este meco, que es también consejero de la Orden del Camino de Santiago, se le distinguió además con el Premio Caballero Azor, que la Brilat otorga anualmente a quienes se caracterizan por su vinculación a la Brigada.

Junto a otros cinco particulares, el grovense recibió la boina y el pergamino que lo acredita como premiado, al igual que se hizo con Jesús Busto Peteiro, presidente de honor de la Orden del Camino de Santiago y uno de los máximos responsables de la Fundación Amigos de Galicia.

Con todos estos antecedentes en la mano algunos en O Grove sostienen que "el debate entre Ejército sí o Ejército no nunca existió entre nuestra sociedad".

También en el PP abundan en ello, en este caso para explicar que "un cosa es la eliminación de la vieja alambrada perimetral, que puede considerarse un peligro, e incluso sería positivo retranquear el cierre para hacer realidad el paseo marítimo que proyectamos hace muchos años; pero otra cosa muy distinta es querer que el Ejército abandone sin más Con Negro para que los terrenos se conviertan en públicos, ya que aún en el supuesto de que la Batería Militar se fuera esas parcelas volverían a manos de los que eran sus propietarios en los años cuarenta, no al Concello".