El Ministerio de Fomento diseña desde hace meses el trazado de la futura autovía A-57 entre Pontevedra y Curro, donde discurría por el corazón del polígono industrial y donde conectaría con la AP-9 y la autovía do Salnés, lo que otorgaría a Barro-Meis una posición aún más estratégica que en la actualidad.

Sin embargo, el Concello de Barro y los vecinos reclaman que se aparte ese posible trazado del núcleo habitado y discurra paralelo a la autopista. Pero las alegaciones formuladas en su día siguen sin respuesta. El alcalde aguardará a que se forme un Gobierno central definitivo para solicitar entrevistas y respuestas al efectos.

La documentación remitida entonces a los concellos detallaba que el trazado mayoritario es "común en planta con el de la CO-3 en toda su longitud y, en alzado, desde su inicio hasta el kilómetro 9 aproximadamente", un kilómetro antes de la iglesia de Curro. Es en este sector final de 950 metros donde se introducen cambios que incluye una nueva rotonda en la carretera de Vilagarcía, para enlazar con la A-57, y le creación de dos falsos túneles de 160 y 90 metros de longitud, respectivamente, a la altura de la iglesia de Curro.