La labor del helicóptero Pesca 1, con base en Peinador (Vigo) y adherido a Gardacostas de Galicia, ha vuelto a resultar fundamental este verano. Su participación ha sido crucial -y lo está siendo- en la búsqueda de personas desaparecidas y el rescate de bañistas o cualquier otra persona en apuros o muerta en el litoral gallego.

A esta función centrada en salvamento y rescate se suma tanto su participación en el control de los episodios tóxicos que periódicamente azotan a las rías gallegas -la recogida de muestras en alta mar es una de sus misiones-, como su trabajo de inspección y vigilancia para luchar contra el furtivismo y la pesca ilegal.

Muchos ciudadanos habrán visto este verano a la aeronave sobrevolando a baja altura las playas y las diferentes zonas marisqueras de las Rías Baixas, al igual que en las principales áreas de pesca y los canales de navegación.

Desde el aire el personal de Gardacostas que se suma a la tripulación del Pesca 1 revisa el folio y características de los barcos, los aparejos que llevan a bordo, los que están calados en el agua y, en definitiva, inspecciona el día a día de las rías para, con apoyo desde tierra en caso necesario -tanto del propio servicio de la Xunta como de la Guardia Civil-, tratar de garantizar una correcta explotación de los recursos pesqueros y marisqueros en Galicia.

Cabe precisar que si bien la labor del Pesca 1 resulta más llamativa, quizás por operar en una zona tan rica para la pesca y el marisqueo como las Rías Baixas, Gardacostas también dispone del servicio que presta el Pesca 2, con base en Celeiro.

Para el buen funcionamiento de ambas aeronaves la Consellería do Mar dispone de 18 pilotos, nueve operadores de grúa, otros tantos rescatadores, una decena de técnicos de mantenimiento y un administrativo.