El mar ha partido en dos el islote Areoso // FARO

No hay marcha atrás. El Areoso se parte a la mitad. Así lo consideran los integrantes del colectivo "Pandulleiros" que se acercaron el pasado fin de semana al islote para comprobar que la degradación que sufre este paraje natural ha iniciado un camino que parece irreversible. El colectivo insta a la Xunta a actuar cuanto antes y limitar el número de visitantes diarios a un paraíso natural que corre el riesgo de desaparecer si no se toman medidas. El espacio dunar del islote también se encuentra muy dañado, e incluso, la valla de protección de esta zona, se ha caído en varios puntos.

Los peores augurios sobre la salud de Areoso parecen confirmarse. Así lo atestiguan los integrantes del colectivo Pandulleiros, que acudieron el pasado fin de semana al pequeño islote para encontrarse con que prácticamente se ha partido en dos. Esa era una de las grandes amenazas que pendía sobre esta lengua de arena, ya que ocurría cuando se registraban mareas muy vivas, pero ahora, se ha convertido en algo habitual que ha provocado una profunda desolación en el seno del colectivo.

No en vano, ese istmo que separaba la zona más rocosa de la arenosa es donde se concentran la mayor parte de los restos arqueológicos que han salido a la luz en los últimos años, una riqueza que los Pandulleiros temen que acabe siendo engullida por el mar. Pero si la riqueza arqueológica está en peligro, la natural también puede llevarse un serio revés, ya que el retroceso que ha experimentado la duna ha sido espectacular.

El islote continúa sufriendo, durante el verano, una constante masificación. // FARO

Desde hace tiempo, la duna ha ido retrocediendo hasta crear una pared vertical que rodea toda su superficie, pero el efecto de las mareas y la masificación a la que es sometido Areoso durante el verano, han provocado que continúe la pérdida de áridos. Esa situación ha causado la caída de varios tramos de la valla de protección de la duna y que algunos turistas aprovechen para acceder al interior de la misma.

Pablo Iglesias, portavoz del colectivo, reclamaba ayer a las administraciones "una actuación inmediata, tanto en las mejoras de protección como en la limitación del acceso a personas y embarcaciones, porque de continuar así, se corre el riesgo de que este espacio natural resulte dañado de forma irreversible, todavía más de lo que ya lo está".

Limitar el acceso en verano es algo que los Pandulleiros consideran vital para la supervivencia de lo que queda de islote, aplicando "medidas similares a las que se han puesto en marcha, por ejemplo, en la playa de As Catedrais de Ribadeo, donde se ha puesto un máximo de visitantes por día para preservar el entorno y frenar su degradación".

Durante su inspección de Areoso, los Pandulleiros también pudieron constatar que algunos de los visitantes "no respetan las normas que se encuentran explicadas en los puertos de toda la ría de Arousa, es más, llegan a desobedecer las indicaciones de los vigilantes de la Cofradía de A Illa, llegando a registrarse más de un incidente por no cumplir la orden de amarrar en las boyas o de recoger toda la basura que generen durante su estancia". La propia Cofradía también ha alertado de que no va a consentir ningún incumplimiento más, poniendo en conocimiento de la Guardia Civil todas las infracciones que observen sus vigilantes.