Tanto la Policía Local como la Nacional incrementaron su presencia en las calles vilagarcianas en las dos últimas jornadas para garantizar la seguridad en la ciudad, ante la avalancha de visitantes que se sumaron a la fiesta, y evitar que se produjesen incidentes de gravedad que pudiesen enturbiar las celebraciones. Tal y como se había acordado en la Junta Local de Seguridad celebrada hace unas semanas en la Subdelegación del Gobierno, la Policía Nacional triplicó sus efectivos desplazando a Vilagarcía a agentes de otras localidades y requiriendo la presencia de unidades de intervención. Por su parte, la Policía Local duplicó guardias y turnos. Entre otras cosas vigilaron la venta de alcohol a menores de 18 años.

A este dispositivo policial se sumó la Guardia Civil de Tráfico que, como ya se dijo, controló los accesos y salidas de la ciudad. Hay que destacar que fueron muchas las personas que optaron por el transporte público para desplazarse a la capital de Arousa, de hecho Renfe incrementó el número de plazas de tren en 1.700.