El puerto grovense de Pedras Negras fue escenario ayer de la llegada de la flota francesa, pero también británica e incluso suiza y danesa que, capitaneada por la dorna meca "Irmandiña", cruzó el Cantábrico con motivo del "II Rally La Baule-San Vicente", aperitivo de la regata Islas Atlánticas.

No resultó sencillo, ya que una espesa niebla dificultaba las maniobras y prácticamente impedía ver la entrada de la dársena, a lo que se sumó la rotura de motor sufrida por la embarcación anfitriona justo antes de llegar a casa, por lo que tuvo que ser remolcada.

Esta travesía entre la costa francesa y O Grove sirve para reivindicar la preservación de la cultura marítima tradicional y tiene como objetivo "dar a conocer la hermosura y el carácter pescador de un barco tan gallego como las dornas", explican en el Club Náutico de San Vicente, promotor del evento junto con el Yacht Club Classique de La Rochelle (Francia) y Agabace, la Asociación Gallega de Barcos Clásicos y de Época.

La presencia de la "Irmandiña" en esta singladura "representa una nueva oportunidad para dar a conocer la historia de la navegación en Galicia, acercando a tierras bretonas una de las embarcaciones más representativas de la cultura marítima gallega para tomar parte en uno de los más importantes eventos europeos de barcos clásicos", resaltan en el club grovense que preside Ulises Bértolo.

Para este viaje la "Irmandiña" contó con una tripulación de lujo, formada por un navegante y graduado en biología como Oscar Babé, un experto en velería como Ramón Albert y José Garrido, patrón de la nave y propietario de Astilleros Garrido, la firma encargada de recuperar la construcción de este tipo de dornas, "además es un amante y defensor de la navegación clásica y tradicional".