Los ataques de mildiu y las lluvias caídas entre finales de mayo y principios de junio, cuando la vid estaba floreciendo, le pasarán factura a la próxima cosecha. Destacados técnicos de campo y bodegueros de O Salnés estiman que la producción se reducirá este año entre un 20 y un 25 por ciento con respecto a la vendimia de 2015.
El técnico de campo de Martín Códax, Miguel Taibo, estima que las enfermedades (básicamente el mildiu) han provocado una merma de entre el cinco y el diez por ciento. Además, el mal tiempo del último tramo de la primavera, cuando la planta estaba en proceso de floración, también ha hecho daño. "Yo creo que podemos estar hablando de una reducción de entre el 20 y el 25 por ciento con respecto a la vendimia pasada, aunque por el momento es más una percepción personal que el resultado de una estadística". El gerente de Bouza do Rei, Isidoro Barral, comparte esa apreciación. "Estamos barajando que la cosecha será un 20 por ciento menor que la de 2015".
También maneja datos similares Alberto Barral, que es el técnico de campo de Condes de Albarei. Afirma que "cuando empezó la campaña estábamos ante una cosecha abundante, en la línea de la del año pasado o incluso superior", y que "las primeras mermas" se produjeron a principios de junio, cuando llovió durante la floración de la uva. "Eso afectó a prácticamente la mitad de las parcelas y el porcentaje de cuajado bajó. Estimamos que la merma por corrimiento de la flor fue de en torno al 15 por ciento". Sobre la incidencia del mildiu, Barral estima que "aunque prefiero ser conservador porque en una época normal ya estaríamos cerca del envero, cuando ya no hay riesgos por mildiu u oidio, en esta aún nos queda al menos una semana para llegar a ese punto".
De todos modos, el técnico de Condes de Albarei considera que "las mermas por mildiu será en todo caso inferiores al 10 por ciento", dado que "en la mayor parte de los viñedos no hay grandes daños porque los viticultores están siendo muy cuidadosos con los tratamientos". En cualquier caso, apunta que "está siendo un año muy complicado para el cuidado del viñedo".
Estimación de producción
La cosecha en 2015 había sido de 32 millones de kilos de uva, la tercera mayor de la historia de la denominación de origen. El 97 por ciento de la producción es de la variedad albariña, y O Salnés es con mucha diferencia la zona más productora de la denominación. En lo que respecta al rendimiento medio, el pasado año fue en el conjunto de Rías Baixas de 7.800 kilos de uva por hectárea.
De cara a la próxima vendimia, Alberto Barral opina que en O Salnés se superarán los 8.000 kilos por hectárea de rendimiento medio, aunque en el conjunto de la denominación rondará los 7.000. Con la lógica cautela, vaticina una vendimia de en torno a los 28 millones de kilos de uva.
Mientras, Miguel Tubío, de Martín Códax, cree que la cosecha próxima se situará entre los 25 y los 27 millones de kilos. "Será una cosecha media-baja", plantea.
Ambos coinciden igualmente en que en estos momentos la maduración lleva un ligero retraso (de en torno a una semana) con respecto al año anterior, lo que supondría empezar la vendimia "sobre una semana más tarde que en 2015, pero, en cualquier caso, durante la segunda quincena de septiembre", según Tubío.
Éste último explica igualmente que tampoco es sencillo generalizar y realizar un diagnóstico único para toda la comarca, habida cuenta de que la situación que están encontrando en las diferentes parcelas "es muy heterogéneo".
Isidoro Serantes, de Bouza do Rei, plantea por su parte que "aún es temprano para predecir cuándo será la vendimia. Hasta mediados de agosto no se puede saber". Tampoco se atreve a hacer muchas cábalas el técnico de Condes de Albarei. "El año pasado la cosecha venía con un adelanto considerable, y al final las lluvias de principios de septiembre nos obligaron a cambiar los planes. En cualquier caso, en estos momentos va entre normal y tardía. Podríamos estar hablando de fin de septiembre".
