En la subasta de diciembre de 2014 en la que iba a incluirse la casa de Laureano Oubiña figuraban ya numerosas propiedades intervenidas a "Pelopincho". Se trataba de pisos, viviendas unifamiliares, locales comerciales u hosteleros y hasta naves industriales, que en algunos casos habían estado a nombres de testaferros suyos. Pero también figuraban otros inmuebles embargados por la justicia en otros casos de tráfico de drogas, y situados en Málaga o Fuerteventura, por citar dos ejemplos.

En una subasta posterior se incluyeron los dos chalés que el vilanovés Guillermo Abalo y su mujer Mercedes Maneiro tenían en A Cerca (Vilanova) y Guillán (Vilagarcía). Tampoco en ese caso despertaron mucho interés. Tanto es así que la propiedad de Vilanova se incluyó en el último proceso de enajenación directa del PNSD, llevado a cabo hace apenas un mes, y volvió a quedar desierto.

Pero a pesar de las dificultades, estas subastas son una importante fuente de ingresos para el Plan sobre Drogas, que destina el dinero a programas de lucha contra la drogodependencia y de apoyo a la reinserción social. El ejemplo más conocido de los últimos años fue la venta de la mayor joya del imperio de Laureano Oubiña, el pazo de Baión, que terminó en manos de la cooperativa vitivinícola Condes de Albarei tras pagar 15 millones de euros por el pazo y la finca.

En la subasta de noviembre del año pasado, el departamento del Ministerio de Sanidad ingresó unos cuatro millones de euros. Había sacado a la puja 30 lotes, de los cuales se adjudicaron la mitad, algunos de ellos de "Pelopincho". Se habían presentado 78 licitadores. Había bienes en Ibiza o Las Palmas.