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Cacabelos anuló las cámaras de O Grove tras batir récords de retirada de puntos: "Solo tienen un afán recaudatorio"

En julio de 2015, tras más de un año en funcionamiento y con algunas sentencias contrarias al sistema, el alcalde de O Grove, José Antonio Cacabelos, decidió anular el funcionamiento los foto-rojos de los semáforos de las calles Teniente Domínguez y Xoán XXIII. "Fue un compromiso electoral y la primera medida que adoptamos al llegar al Concello". A su juicio, estas cámaras "no son el sistema más adecuado para garantizar la seguridad vial. Solo tienen un afán recaudatorio y el Ayuntamiento no puede generar ingresos a costa de los bolsillos de los vecinos". Desde la polémica colocación de los foto-rojos, O Grove batió récords de multas y de retirada de puntos del carné de conducir. Fueron más de 8.000 los expedientes sancionadores que tramitó el Concello, apunta Cacabelos, y los puntos perdidos por los conductores multados rondaron los 20.000 "o más". La cuenta es fácil. Si cada sanción lleva aparejada la retirada de 4 puntos, serían unos 32.000. La Dirección General de Tráfico colocó a O Grove como segundo municipio de la provincia en el que se produjeron más pérdidas de puntos, solo por detrás de Vigo y por delante de otras urbes con mayor población como Pontevedra o Vilagarcía. "Yo no quiero estar en ese ranking", incide Cacabelos.

Pese a los miles de multas interpuestas, continúa el alcalde socialista, la repercusión en las arcas municipales apenas era "del 20%" del total ya que, por ejemplo, "la empresa que gestiona las multas se quedaba un 25% y la que instaló los semáforos otro 30%". El Concello, con el 20% que le correspondía, "tenía que pagar a Correos las notificaciones, a un administrativo para dedicarse a tramitarlas y horas extras a la Policía Local, ya que los agentes tenían que revisar todas las sanciones". A esto se añade el "malestar social" que generó la instalación de los foto-rojos por su repercusión económica, la pérdida de puntos y porque "se instalaron sin dar mucha explicación. Los conductores, al ver el semáforo en rojo, reducían la velocidad, pero en muchos casos no tenían tiempo de reacción". Para Cacabelos "hay otros sistemas de control más efectivos y que no afectan al bolsillo de los ciudadanos".

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