Cuestiones cotidianas de la vida en la época medieval y el resultado de las invasiones vikingas en la comarca de O Salnés, y por extensión, en toda Galicia, fueron los dos temas que ayer se pusieron encima de la mesa en la jornada inaugural del curso "Arte, Historia, Xeografía e Cultura na comarca do Salnés: Comercio, intercambios e relacións exteriores". El encargado de abrir las jornadas fue Augusto Guedes de Castro, director de la revista "Románico", que realizó una amplia descripción de lo que era la vida medieval en pueblos y ciudades de Galicia, con escenas cotidianas, como la conservación de los alimentos perecederos o las diferentes actividades laborales, pasando también por la actividad comercial.

Guedes dio paso a la intervención de Rubén Terré, un experto en las invasiones vikingas de Galicia, cuya conferencia se centró en mostrar a los alumnos como la ría de Arousa se convirtió en la puerta de entrada a los sucesivos ataques de los pueblos del norte entre los siglos VIII y XI. Terré dejó muy claro que los vikingos no eran solo un pueblo guerrero que se dedicaba a saquear todos aquellos lugares por los que pasaban, sino que también tenían otras facetas, como la de grandes navegantes y, sobre todo, comerciantes. De hecho, explicó que sin la existencia de los vikingos probablemente no existiría el resurgir económico de las ciudades que se registró en el siglo XII.

El historiador se centró en cinco incursiones importantes que se registraron en Galicia. La primera de ellas, con un caudillo del que se desconoce el nombre, los vikingos atacaron la costa de A Coruña, a la altura de donde hoy se encuentra la Torre de Hércules en 844. Ramiro I consiguió devolverlos al mar, pero ellos continuaron por la costa gallega hasta llegar a la ría de Arousa, donde saquearon el monasterio de San Cibrán de Cálago. En esa incursión, como en el resto, utilizaron la ría de Arousa como campo base para avanzar por el interior de Galicia hasta que fueron expulsados por Ramiro I.

La segunda incursión fue encabezada por Bjorn Ragnarsson, hijo del famoso Ragnar Lodbrook, que atacó Iria Flavia y Santiago de Compostela, hasta ser frenado por un conde gallego, lo que le obligó a emigrar más al sur en busca de botín, llegando hasta el Mediterráneo.

La batalla de Fornelos fue una gran victoria vikinga sobre tropas locales. Guiados por Gunderedo, los vikingos se extendieron por toda Galicia hasta que fueron derrotados en Ferrol. Las dos últimas fueron las encabezadas por Olaf Haraldsson, que se acabaría convirtiendo en San Olaf, patrón de Noruega, que atacó directamente Santiago de Compostela en busca de las riquezas que traían las peregrinaciones; y por Ulf, el "Lobo de Galicia", que tras ser vencido por el obispo Cresconio, se refugió en la ría de Vigo, donde se le acabó perdiendo la pista.

Por la tarde, la quincena de participantes en el curso acudieron a las Torres do Oeste, un ejemplo de la arquitectura militar que impulsaron las invasiones vikingas, antes de desplazarse hasta Vilanova, donde recorrieron el casco antiguo a la búsqueda de los restos de la antigua iglesia de Cálago, que se encuentran repartidos por diferentes viviendas.