El nombre de Stephen Krausner está estrechamente vinculado a la historia de la carrera aeroespacial española. En 1992 dirigió el lanzamiento al espacio del satélite Hispasat 1, en una operación que se llevó a cabo en la Guayana Francesa, y que fue seguida en directo por el hoy rey de España, Felipe VI. Desde entonces, ambos son amigos, y de hecho el monarca ha invitado este verano a Krausner y a su familia a pasar unos días en España y a visitarle en el palacio de La Zarzuela entre el 19 y el 20 de julio.
Este ingeniero aeronáutico estadounidense, ya jubilado, ha aprovechado el viaje para conocer Barcelona y, unos días después, para reencontrarse con otro amigo suyo, el empresario con ascendencia en O Grove afincado en California (Estados Unidos), Francisco Vidal.
Vidal está de vacaciones en la tierra de su padre, O Grove -él nació en Barro, aunque lleva varias décadas en Estados Unidos, donde fundó restaurantes, empresas sanitarias, de limpieza y hasta una agencia de viajes- e invitó a Krausner a comer con él. El ingeniero lo tuvo claro. Hacía 15 años estuvo en O Grove y se quedó prendado del salpicón de mariscos del hotel Villajuanita. "Así que volvimos a comer aquí, porque él decía que quería comer el salpicón", afirma Vidal.
Ambos estuvieron acompañados por sus familias y por José Ángel Rodríguez López, "Gogue". El dibujante, colaborador de FARO, trabaja mucho en Estados Unidos, de ahí que Francisco Vidal le llamase para compartir ese reencuentro tan especial.
Stephen Krausner trabajó para la empresa Hughs Aircraft, y fue el responsable del lanzamiento de cohetes y satélites en países como Japón, Bélgica, Brasil o México. En España, el gobierno le encomendó el envío al espacio del Hispasat 1, satélite que ha marcado un antes y un después en la historia reciente de la ciencia y las telecomunicaciones en España, y cuyo lanzamiento se produjo como tantas otras cosas extraordinarias para el país, en 1992. Krausner todavía sigue de cerca la actividad del sector. Admite que "arriba en el espacio ya hay demasiada porquería. Estamos a punto de generar un problema", y cree que un horizonte de unos seis años ya se podría organizar una misión tripulada por humanos a Marte. "En California ya se está trabajando en esa línea, y hay empresas privadas que venden billetes para el espacio". Pero él no comprará ninguno. Se ha pasado la vida lanzando al espacio pesados cohetes o satélites. Sin embargo, "yo nunca quise ir".
