El de ayer fue un día muy largo para los en torno a 700 marineros de toda la ría de Arousa que salieron a bordo de unas 230 embarcaciones con permiso para la pesca del pulpo. Algunos tuvieron que saltar de la cama a las 5 de la mañana o antes para poder salir del puerto hacia las 6 a largar las nasas. Y a las 16.30 horas aún muchos estaban regresando a puerto.
Manuel Sineiro y un socio fueron a bordo del "Gavilán" y estuvieron trabajando en las inmediaciones de San Vicente. "Hicimos el tope, pero me ha dado la impresión de que no hay mucho pulpo. Otros años lo normal era sacar las caceas (conjuntos de nasas) con hasta 20 pulpos, y ahora levantas muchas con solo tres o cuatro".
Mientras, Adolfo Domínguez, del "Doysu" no consiguió por poco el tope de capturas, aunque tampoco quiere aún encender las alarmas. "El primer día aún no tiene mucha mira... Para hacer una valoración de si hay mucho pulpo o no hay que dejar pasar una semana".
Este veterano armador cambadés considera que el hecho de que a día de hoy haya menos pulpo que en décadas precedentes se debe fundamentalmente a la sobreexplotación del recurso. Por ello, opina que tanto la administración como el sector tendrían que ser valientes y tomar decisiones de una vez, llamándole a cada cosa por su nombre. "Lo que no puede ser es que haya en el mar miles de nasas sin identificar, como hay. Las inspecciones tienen que ser contundentes. Y las lanchas de vigilancia también tienen que salir en fin de semana. Hay que ser más claros con el furtivismo", sostiene.
Domínguez cree igualmente que una veda de mes y medio es positiva, pero insuficiente para que se recupere la especie. "Lo que quiere el pulpo es un paro de tres meses, entre abril, mayo y junio. Pero la Xunta de Galicia debería pagar un paro biológico. Nosotros, este año, venimos de un paro de 45 días en los que muchos armadores no ganamos ni un euro".
