Con casi seis hectáreas de superficie, el parque forestal de Pinar do Rei estaba llamado a ser una de las principales áreas recreativas de Vilagarcía; un auténtico pulmón verde. Situado en un entorno privilegiado, en la ladera del monte Xiabre, en él confluyen algunas de las rutas de senderismo más hermosas del municipio y muy utilizadas por los vilagarcianos y visitantes para caminar o practicar otros deportes como el ciclismo de montaña. La zona es propicia por su gran valor natural y paisajístico, con muchas posibilidades turísticas.

Sobre el papel parecía idílico, pero la realidad es muy diferente. Se anunció la creación de una zona boscosa de aspecto natural plagada de árboles autóctonos -fundamentalmente roble y castaño- de los que hoy prácticamente no quedan rastro. Tampoco del césped que se plantó, hoy inexistente y reemplazado por maleza que prácticamente cubre el mobiliario, por ejemplo los bancos. También se detecta suciedad, tras más de dos años sin mantenimiento.

Pero la degradación de la zona va mucho más allá del parque forestal. A unos metros de distancia, las instalaciones de la antigua perrera se han convertido en un foco de vertidos ilegales que mezclan con los escombros de la demolición de parte de las instalaciones. Ciudadanos poco o nada respetuosos con el entorno no dudan en depositar en el lugar todo tipo de basura cuando, fuera del horario laboral, se encuentra cerrado el Punto Limpio, situado justo en frente, tan solo a unos pocos pasos. Situaciones lamentables alentadas, en parte, por la poca o nula atención que las administraciones han prestado al entorno en los últimos años y producto de la falta de concienciación ambiental.