El puerto de la bahía de Algeciras es el segundo más grande de España por volumen de descargas, uno de los 10 más importantes de Europa y uno de los 40 con más actividad del mundo. Además, su situación geográfica, a escasa distancia del Norte de Marruecos y como punto de paso obligatorio hacia el Mediterráneo lo convierte en un destino ideal para las organizaciones de narcotraficantes que pretenden introducir droga en España u otros puntos del continente.

Hace apenas dos semanas, se intervinieron más de 170 kilos de cocaína ocultos en un cargamento de plátanos de plástico. La droga procedía de Colombia e iba dirigida a una empresa de frutas. Poco antes, a finales de abril, se localizaron 200 kilos de cocaína dentro de piñas procedentes de Centroamérica. Las frutas fueron vaciadas en el lugar de origen, y los paquetes con el narcótico se teñían con una cera que imitaba el color de la piña. El destino de la carga, supuestamente, era Madrid y Barcelona.

Unos meses antes, en noviembre de 2015 se localizaron otros 220 kilos de cocaína. En esa ocasión iban camuflados en un contenedor de azúcar procedente de Brasil.

Y remontándose algo más en el tiempo, en 2013, las fuerzas de seguridad se alijaron de casi 700 kilos de esa misma droga y que se transportaban en la cabeza tractora de un camión portacontenedores. El mercante procedía de Ecuador y se dirigía a Arabia Saudí, por lo que recaló en Algeciras en tránsito.

En lo que se refiere al hachís, en marzo de este año la Guardia Civil frustró tres alijos, incautándose en total de casi 1.600 kilogramos de esa droga.

Un mes antes, 25 personas fueron detenidas en otra operación contra el tráfico de estupefacientes. Entre ellas cayeron dos hermanos que transportaban la droga entre Algeciras y Vigo. La sustancia llegaba a la península en el doble fondo de embarcaciones.