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Las ofertas no evitan el aspecto desértico de los polígonos industriales de Catoira, Baión o Barro-Meis

La crisis económica también ha significado un súbito frenazo a la actividad industrial. Y esto se refleja en el aspecto de los tres polígonos industriales construidos de forma más reciente en O Salnés y Ullán, como son de los Catoira, Baión, en Vilanova, y Barro-Meis. El de Catoira es el que presenta el aspecto más desangelado, y el paso de los años lo ha convertido en un páramo en el que crece la maleza por doquier.

Ni el reclamo de su proximidad a la Autovía de Barbanza, ni el intento de venderlo como nexo geográfico entre esa comarca coruñesa y la de O Salnés, ni las ofertas de hasta el 15 por ciento sobre el precio de las parcelas que hizo en su día Suelo Empresarial del Atlántico (SEA) han logrado animar la venta en el parque.

La situación es ligeramente mejor en Baión, si bien aún está vacía gran parte del polígono. El Ayuntamiento de Vilanova y el Ministerio de Fomento firmaron en su día un acuerdo para intentar facilitar la venta de parcelas y posterior creación de empresas, de modo que se instaló en el pazo de Vista Real una oficina de comercialización propia. Además, el Ayuntamiento puso en marcha un servicio de apoyo al emprendimiento. Finalmente, en Barro-Meis las ventas han funcionado mejor, pero aún está pendiente de construir más de la mitad de la superficie. Eso cambiará cuando se produzca el desembarco definitivo del grupo Froiz.

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