Que la ornitología figura desde hace años entre las principales apuestas del Concello de O Grove, independientemente del color del gobierno de turno, nadie lo duda. Pero es que ahora, con la creación de la Reserva Ornitológica, el tirón que pueden ejercer los pájaros, y la naturaleza en general, resulta mucho mayor.
El gobierno socialista de O Grove es consciente de ello y apuesta por la ornitología en el plan de dinamización turística que está elaborando y que trata de consensuar con el conjunto del sector hosteleros. Una hoja de ruta, por cierto, en la que se barajan una serie de datos sobre el perfil del turista ornitológico en España que, desde luego, responden a las expectativas mecas.
Fue la concejala de Turismo, Emma Torres, la que manejó ante el sector los datos del Gobierno central que hablan de los aficionados a las aves que visitan España para observarlas o que, siendo españoles, se desplazan entre diferentes regiones del país buscando todo tipo de especies.
Puede decirse que el turista ornitológico español tiene entre 25 y 45 años, un nivel de estudios alto y vehículo propio. Aunque suele desplazare en grupos de entre 15 y 20 personas que contratan buses y permanecen un máximo de cinco días en el lugar de destino, combinando varios.
Según los datos que maneja el Concello este tipo de turista gasta unos cien euros al día y suele aprovechar para disfrutar de otras actividades complementarias.
Es distinto el perfile del turista extranjero, normalmente una persona de entre 45 y 60 años que viaja en grupos de hasta ocho miembros y lo hace en autocar o furgoneta alquilada.
Su perfil indica que permanece en el destino elegido un máximo de una semana en la que gasta alrededor de mil euros por persona, desplazándose exclusivamente para la observación de aves.
Hay que tener en cuenta que lejos de España -y dentro cada vez más- hay una importante afición a la observación de aves. Es lo que se conoce en inglés como "birding" -sobre todo en Estados Unidos- o "birdwatching" -la forma más empleada en Reino Unido-, definiendo así el avistamiento de aves como ocio, tratando de reconocer las distintas especies existentes por su plumaje o su canto.
En este camino O Grove ya dio los primeros e importantes pasos. Lo hizo inicialmente con la puesta en marcha del Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO) en la anterior etapa de José Antonio Cacabelos (2007-2011) como alcalde. Después llegó el momento de su potenciación, de lo que se encargó brevemente el exconcejal socialista Javier Olleros y ya con más fuerza en años posteriores el concejal galeguista Alfredo Bea, tanto cuando ejerció de responsable de Medio Ambiente en la época del regidor socialista como cuando lo hizo siendo socio del alcalde conservador Miguel Pérez (2011-2015).
El tercer paso importante llegó con la asistencia a la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO) de Extremadura, donde Olleros el primer año y en los posteriores el citado Alfredo Bea se encargaron de reforzar y promocionar el PIO, buscar ideas y marcarse nuevos objetivos.
El momento álgido del proceso llegó con la consecución de la Reserva Ornitológica O Grove en colaboración con la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), impulsada por Alfredo Bea hace tres años, avalada por el exalcalde Miguel Pérez y presentada oficialmente hace unos meses de la mano de Cacabelos y la ahora edil de Medio Ambiente, Ángeles Domínguez.
