El desbloqueo de la segunda fase de reforma y modernización de la plaza de abastos de Vilagarcía es ya un hecho. La Secretaría Xeral de Cultura ha estimado el recurso de alzada presentado por el Concello, autorizando la ejecución de un proyecto que llevaba meses paralizado como consecuencia de una decisión de la Comisión Provincial de Patrimonio, que exigía la recuperación de unas antiguas escaleras en la parte ya renovada del mercado. Esta actuación era, a juicio de los técnicos municipales, inviable e imposible de llevar a la práctica. Supondría la demolición de parte de las obras ejecutadas en la primera fase y conllevaría la eliminación de varios puestos de venta cuyas concesiones tienen una vigencia de 30 años. "Además de suponer un daño importante para algunos vendedores, el Ayuntamiento estaría sufriendo una pérdida económica cuantiosa con la realización, primero, de obras de rehabilitación en los años 2010 y 2011, después con la demolición y posteriormente con la reconstrucción de la escalera de acceso y los puestos de venta", incidía el recurso presentado por la administración local.

La resolución de la Secretaría Xeral de Cultura, que fue comunicada al Concello en la mañana de ayer, concluye que esta segunda fase "es compatible con los valores culturales protegidos" de la plaza y "no resulta de aplicación un condicionante que es ajeno a las obras que ahora se proyectan". Reconstruir las escaleras resultaría "antieconómico, por su coste, por su dificultad técnica y por los daños a terceros que conllevaría, además de que supone la reversión de una obra que en su día fue autorizada". La estimación del recurso se basa en un informe de la Secretaría Xeral de Patrimonio que hace hincapié en que "la reposición de la escalera en el ala sur" del mercado "no es técnicamente inviable y no resulta imposible", pero esta segunda fase de remodelación "no debe entenderse como una prolongación de las obras ejecutadas en la primera", ya que afectan "en exclusiva al ala norte simétrica". La condición de reponer las escaleras, añade, "tendrá que evaluarse cuando se realice una obra de carácter global" que afecte a las comunicaciones, distribución de puestos y actividades en el ala sur.

El alcalde, Alberto Varela, aseguró ayer que esta es "una gran noticia para Vilagarcía, para los placeros y los usuarios del mercado que, en el menor tiempo posible, podrán disfrutar de una plaza más funcional" y adaptada a la demanda de los consumidores. "No se podía condenar al mercado" y queda "claro que el proyecto elaborado por los técnicos municipales y este gobierno cumple con el requisito de preservar los valores patrimoniales" del inmueble. Las condiciones "que nos ponía Patrimonio eran absurdas e ilógicas". Afirmó que la autorización de las obras "pone a cada uno en su lugar y mientras a algunos les gusta hacer ruido y tratar de boicotear, queda demostrado que lo mejor es trabajar de forma callada para conseguir los objetivos". En este sentido aludió a las críticas vertidas por el portavoz del PP, Tomás Fole, quien atribuía el frenazo en el proyecto "a la incompetencia de Varela como asesor y alcalde". El regidor se muestra agradecido con la Consellería de Cultura porque "entendieron que la responsabilidad institucional tiene que primar sobre las luchas partidistas".

Ubicación provisional

La noticia fue comunicada ayer mismo por el Ejecutivo vilagarciano al presidente del colectivo de placeros, con los que se reunirán el próximo miércoles para comenzar a estudiar dónde se ubicarán de forma provisional los puestos afectados por las obras. La concejala de Urbanismo, Paola María Mochales, recordó que "intentamos buscar el consenso" de los vendedores cuando decidieron modificar el proyecto del anterior gobierno del PP, con el que "los placeros no estaban de acuerdo". Incluía, por ejemplo, la instalación de escaleras mecánicas "tipo Corte Inglés", ironizó el alcalde, quien espera que las obras "causen las menores molestias posibles" a los concesionarios de los puestos, de forma que "su trabajo no salga perjudicado". También está programada para el día 27 de abril una reunión en la Dirección Xeral de Comercio, organismo que aportará 240.000 euros para financiar la reforma. Al haberse incumplido los plazos conveniados en su día, "habrá que firmar un nuevo acuerdo", explicó Paola María.