La huelga contra la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) tuvo un seguimiento masivo en las aulas de los institutos de Arousa. Alrededor del 90% de los alumnos de 3º y 4º de ESO, Bachillerato, Formación Profesional y ciclos secundaron la protesta y no acudieron ayer a clase, dejando prácticamente vacíos los centros educativos de la comarca. En Vilagarcía, los estudiantes del IES Castro Alobre y Cotarelo Valledor fueron los más contestatarios a la conocida como ley Wert, con un 95% de huelguistas. En el instituto de Carril se ausentó el 90% del alumnado, mientras que en Bouza Brey las cifras fueron dispares. Mientras que en FP y ciclos fueron a la huelga el 90% de los matriculados, en ESO el porcentaje se redujo al 57% y en Bachillerato al 47%.
En el resto de la comarca, las cifras fueron similares, rondando en la mayoría de institutos el 90% de seguimiento de la huelga, convocada por el Sindicato de Estudiantes. Ese fue el caso del IES A Basella de Vilanova, As Bizocas de O Grove, o Ramón Cabanillas de Cambados. En instituto de A Illa, al que apenas acudieron doce alumnos, la incidencia fue del 93%, mientras que en Valga se redujo al 85%, en el grovense Monte da Vila al 80% y en el vilanovés Faro das Lúas secundó la huelga el 70% del alumnado.
Lo que no tuvo tanto respaldo fue la concentración en la vilagarciana Praza de Galicia. Apenas medio centenar de personas se reunieron para gritar consignas en favor de la enseñanza pública, contra los recortes en educación y, más en concreto, contra la LOMCE, a la que se refirieron como "la ley del Opus Dei" y contra el decreto del 3+2- "Defender lo público es defender el futuro" rezaba una de las pancartas exhibidas en la concentración, en la que leyeron un manifiesto dos alumnas de institutos vilagarcianos: Ana Mariño del Castro Alobre y Irea Ferreiro del Bouza Brey. La LOMCE "es una ley confesional, antipedagógica, privatizadora, elitista y patriarcal que ahonda en la falta de igualdad de oportunidades en la enseñanza", indicaron. La implantación de las reválidas es para los contrarios a esta norma "una forma de segregar al estudiantado al imponer barreras al final de cada etapa que limitan la obtención del título a una única y azarosa prueba". Y "los ataques continúan en la universidad", seguía el manifiesto, refiriéndose al decreto del 3+2: la reducción de los grados universitarios a tres años y el aumento de los masters a dos. Esto conlleva "la mercantilización de la enseñanza pública, con el objetivo de convertir las universidades en un criadero para las empresas capitalistas" y fomentando "la elitización y precariedad" ya que "quienes puedan pagar un master tendrán trabajo en la empresa privada" y quienes únicamente cursen los tres años de grado "tendrán un título inservible con el que conseguir únicamente un trabajo precario".
