Tomando como piedra angular a las mujeres, pero incidiendo a través de ellas en el global de la familia, el programa "Arrumí", impulsado por Cáritas Interparroquial de Arousa en enero de 2015, se erige como iniciativa fundamental para favorecer la inclusión de la comunidad cañí asentada en la comarca. Son un total de quince las féminas de Vilagarcía, Vilanova e incluso Catoira que participan en el proyecto, que les facilita herramientas para acrecentar su autoestima y lograr unas mejores condiciones de vida en los ámbitos económico, social, educativo, sanitario o familiar. "Aún queriendo mantener su identidad" y sus raíces, estas mujeres "necesitan mejorar, pero no pueden hacerlo solas", reflexiona la educadora social Beatriz Caneda. Precisan que las guíen para "empoderarlas como cabezas de familia" y esto se hace a través de talleres y también con visitas en sus propias viviendas. "El trabajo se realiza de forma directa, en el domicilio", haciéndoles ver que "se puede llegar lejos sin perder un ápice de sus costumbres y de su cultura. Eso sí, adaptada al mundo de hoy", apunta el presidente de Cáritas, Francisco Fernández. Con periodicidad semanal se realizan talleres sanitarios, sobre alimentación, higiene o autoestima y se ofrece apoyo educativo para los menores de la familia. "Comprobamos que los hijos estén escolarizados", explica Fernández, que hace especial mención al trabajo desarrollado en este ámbito en la parroquia de Santa Baia de Arealonga, en la que una profesora imparte clases particulares a niños gitanos. "Que los chavales sean capaces de estudiar, es complicado. Sobre todo en el caso de las mujeres, que se casan muy jóvenes", en algunos casos, comenta.

Tras más de un año de experiencia ya pueden sacarse las primeras conclusiones. "Se están integrando, no cabe duda. Tratan de adaptarse, pero el resto de la sociedad debe hacer también un esfuerzo, porque en ocasiones no ayuda", lamenta el presidente de Cáritas de Arousa. Asegura, incidiendo en esta idea, que "hemos conseguido que algunas familias se muden a una vivienda digna, pero no todo el mundo está por la labor de alquilarle un piso". Y también hay gitanos que "no quieren avanzar, por lo que ya no están con nosotros" en el proyecto.

Acabar con la situación de pobreza en la que viven algunas familias cañís es una de las prioridades de "Arrumí". "Hay chabolas de madera que son como casitas, pero en otras las carencias son muy grandes, no tienen agua corriente", destaca Francisco Fernández. Para erradicar estas situaciones de exclusión, Cáritas concede ayudas económicas a las familias que cumplen el programa y enseña a las mujeres, que cada vez juegan una papel más relevante, a gestionar de forma eficiente los recursos de los que disponen.

En ocasiones son las actividades más nimias las que adquieren una gran dimensión dentro del programa "Arrumí". Ir al cine, cosa que algunas de estas familias no habían hecho nunca, fue una experiencia "maravillosa. Fue impresionante el comparles palomitas, el silencio absoluto al comienzo de la sesión, el sonido envolvente y la gran pantalla", recuerda todavía emocionado el presidente de Cáritas. Y mientras las mujeres se llenan de autoestima sacando el carnet de conducir, cuidando su físico o su modo de vestir, sus maridos "también aprovechan para hacer cursos".