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Situación inmobiliaria en el municipio

La escasa oferta de viviendas en alquiler dispara el precio en el centro de Vilagarcía

Encontrar un piso de cien metros cuadrados para arrendar por menos de 600 euros es una tarea casi imposible -La zona de As Carolinas, una de las más pujantes del área urbana por la proximidad de servicios

Calle Rey Daviña, donde todavía existen ofertas de alquiler de viviendas // Iñaki Abella

El precio de la vivienda en alquiler se ha disparado en los últimos años en paralelo a la caída de las ventas que provocó la burbuja inmobiliaria y el estallido de la crisis inmobiliaria allá por 2008. Un caso muy llamativo es Vilagarcía, población de algo más de 37.000 habitantes, donde los precios se han elevado de forma espectacular en los últimos tiempos y ya resulta difícil encontrar un piso estándar por menos de 500 euros al mes, debido a la escasa oferta en las agencias o de particulares.

Esta tendencia la confirman en diversas inmobiliarias y en portales de internet que atribuyen a la actual situación económica la opción del alquiler sobre la compra, en la que influyen factores como la dificultad de adquirir una propiedad por la pérdida del puesto de trabajo o la inestabilidad laboral, la inmigración y también situaciones de ruptura matrimonial.

Las ofertas promedio que realizan las inmobiliarias vilagarcianas rondan los 550 o 600 euros para un piso de tamaño medio en el corazón urbano de Vilagarcía y unos cien euros menos si se elige el extrarradio, por ejemplo O Piñeiriño donde se pueden elegir algunos de 450 o 500 aproximadamente.

Ello no quiere decir que entre las ofertas no aparezca alguna más asequible y de hecho en algún escaparate pueden verse propuestas de un piso de dos habitaciones en Rey Daviña por algo más de 300 euros, eso sí sin garaje ni otros servicios básicos, por lo que se convierte en un simple "gancho" para buscar otras alternativas de techo.

Una de las zonas más atractivas de Vilagarcía en este momento es el entorno de As Carolinas, un polo de atracción para numerosos colectivos gracias a los servicios que se han generado en esta zona. En la calle San Roque, el entorno de Luz Salgada y As Carolinas es ya muy difícil encontrar un cartel de "se alquila" pues es una de las más apetecidas y solicitadas por personas de la tercera edad o familias con hijos. El precio del alquiler se ha disparado en este entorno para igualar casi al centro urbano.

"El ambulatorio está al lado y la oferta de supermercados es muy variada por lo que se les hace mucho más cómoda la actividad rutinaria de ir a la compra o la consulta con el médico", explica Carlos Oubiña, uno de los más veteranos agentes inmobiliarios de la localidad y que presidió durante más de una década la Cámara de Comercio de Vilagarcía.

La búsqueda de un piso de alquiler en el término municipal se ha complicado de tal modo que son muchas las personas que desisten de esta opción si no están en un momento desesperado por lo que las mudanzas se han reducido de forma directamente proporcional.

"Hay gente que prefiere seguir en el piso de alquiler que tiene desde hace años aunque esté en malas condiciones y precise reparaciones urgentes a su costa porque la tarea de encontrar otro mejor resulta imposible por no decir inviable", explica un vecino que recientemente ha hecho todo tipo de intentos para encontrar uno más adecuado a su situación familiar y que a la vez no le suponga un descalabro económico.

La otra opción es la compra de "gangas" pues algunas aún quedan en Vilagarcía donde es posible adquirir un piso de pequeñas dimensiones por menos de 80.000 euros. y también que rondan los 50.000 euros, especialmente los procedentes de la Sareb.

Una de las agencias consultadas por este periódico subrayaba que acaba de formalizar una operación de este tipo, consecuencia de la separación de un matrimonio.

"La pareja decidió vender la propiedad por 78.000 euros para repartir por mitades el dinero en vez de quedarse uno de ellos con la vivienda", explican en el céntrico despacho inmobiliario.

El único problema es que se trata de pisos antiguos cuya reforma puede implicar una fuerte inversión "pero durante diez o quince años tienen un techo sin que les implique un gasto desproporcionado", exponen. Este es uno de los perfiles de personas que van a recurrir ahora a un alquiler, pues la pareja tendrá que encontrar sendos domicilios distintos en su lugar habitual de residencia.

Si este tipo de situaciones disparan la opción del arrendamiento también es de destacar el número de extranjeros que optan por pagar mes a mes frente a la inversión en una propiedad definitiva.

"Peruanos, colombianos o africanos siempre van a optar por el alquiler frente a la compra. Vienen a trabajar y no les interesa el arraigo que supone estar atado a una inversión tan fuerte", explica Oubiña.

Un tercer colectivo de personas que optan por el alquiler son aquellas más afectadas por la larga crisis de la última década.

Los más escaldados son aquellos que han sufrido en su propia piel el problema de los embargos. Explican en el sector que las quiebras de empresas, los despidos, los impagos han desencadenado y generado un enorme colectivo que se ha quedado sin posibilidades de hacer frente a una nueva inversión bien porque carece de ingresos suficientes o por el temor a que le traben las nuevas propiedades.

La situación es por tanto mucho más compleja y de difícil solución. "Tendremos que esperar diez años o más para volver a una estabilidad parecida a la de antes del estallido de la burbuja inmobiliaria", reflexiona el promotor vilagarciano y expresidente de la Cámara de Comercio.

A ello hay que añadir el hecho de que tampoco se construyen edificaciones nuevas por lo que la oferta de alquiler se ciñe exclusivamente al mercado de los últimos años.

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