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El nuevo puerto deportivo de A Toxa supera uno de sus últimos escollos administrativos

Una vez publicado el informe de impacto ambiental las obras pueden dar comienzo de inmediato -Se confirman las medidas preventivas y correctoras para minimizar afecciones

El actual puerto deportivo de la isla grovense de A Toxa. // Iñaki Abella

El Club Náutico Isla de La Toja (CNIT), promotor del nuevo puerto deportivo de la isla grovense de A Toxa, explicaba hace meses que los "trabajos marítimos de puesta en obra" podrían comenzar esta primavera y prolongarse durante tres meses, aunque la duración total de ejecución del proyecto es de seis.

Ahora puede decirse que todo el plan transcurre según lo previsto y que esta importante infraestructura supera uno de sus últimos trámites administrativos, el informe de impacto ambiental, en el que se detallan diferentes medidas correctoras y preventivas con el propósito de minimizar los posibles efectos de la obra sobre el medio marino, la flora y la fauna.

Una vez publicado este estudio, los trabajos se antojan inminentes, y todo para conseguir, como se explicó en su momento, una instalación con 54 plazas de amarre para otras tantas embarcaciones deportivas de entre 10 y 18 metros de eslora, ocupando una superficie de agua de 10.000 metros cuadrados.

En el anuncio publicado ayer en el Diario Oficial de Galicia por la Secretaría Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental referido al informe de impacto ambiental del proyecto de instalaciones náutico-recreativas de A Toxa destacan las importantes condiciones ambientales impuestas.

Los trabajos en tierra se centrarán en la explanada existente, evitando desplazamientos fuera del ámbito portuario y estableciendo un plan de gestión de los residuos generados.

Es obligatorio evitar los derrames o vertidos de aceites o combustible en el medio acuático, para lo cual se ordena instalar una barrera anticontaminación.

Durante la explotación del nuevo puerto, ante el previsible incremento del tráfico de embarcaciones y dada la presencia de aves catalogadas en peligro de extinción "deberá establecerse un protocolo de buenas prácticas ambientales portuarias en el que se incluyan aspectos referidos a la contaminación acústica".

Paralelamente, en previsión de una posible afección de las obras sobre los elementos del patrimonio arqueológico subacuático, deberán elaborarse estudios específicos que incluyan la consulta de diferentes inventarios del mismo y el análisis de las obras llevadas a cabo con anterioridad en la zona, posibilitando asimismo la especificación de medidas protectoras y correctoras para salvaguardar el patrimonio cultural.

En cumplimiento de lo establecido por Augas de Galicia debe garantizarse la no afección por vertidos accidentales, y de acuerdo con la Consellería do Mar durante la fase de construcción habrá que instalar una malla antiturbidez perimetral con la que proteger el medio marino durante la instalación de los pilotes, al igual que se exigirán barreras de control de hidrocarburos y de aceite.

En cuanto el puerto esté en fase de explotación deberá disponer de barreras de control de hidrocarburos y aceites con los que actuar en caso de emergencia.

Abundando en todo esto se advierte de que el proyecto "no debe comprometer los objetivos de calidad del agua y protección del medio marino contemplados en la legislación vigente; y debe disponer de un plan de seguimiento y vigilancia ambiental que garantice el cumplimiento de esa legislación".

Otro dato a tener en cuenta es que "para minimizar los posibles impactos sobre las aves que utilizan la ensenada en sus rutas migracionales debe evitarse en la medida de lo posible que las obras coincidan con los periodos de invernada y de paso".

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