El funcionamiento de la plaza de abastos de O Grove se regula por una ordenanza municipal aprobada en pleno hace justamente tres años con la que se reemplazaba un articulado que estaba en vigor desde 1986.

Aprobada por el pleno de la Corporación a instancias de la entonces concejala de Mercados, la conservadora Marta Domínguez Sineiro, la normativa del mercado había sido consensuada con los vendedores, la Mesa Local do Comercio y los grupos políticos de la oposición.

De este modo se regulan tanto los puestos fijos, es decir, las superficies cerradas de obra similares a un local comercial, en las que se pueden almacenar, exponer y comercializar productos, como también las bancadas, espacios provistos de mesado y diáfanos en los que se pueden exponer y comercializar artículos.

La concesión de las bancadas se destina prioritariamente a la venta de productos del mar, como pescado y mariscos, y de la huerta, como frutas, verduras, hortalizas y demás, aunque también es posible autorizar la venta de otro tipo de productos, como los congelados.

Las concesiones para la utilización privativa de los puestos fijos y las bancadas en el mercado de abastos tienen un periodo de vigencia de diez años, permitiéndose prórrogas sucesivas, por períodos también de 10 años, hasta completar un máximo de 50 por cada concesión.

En la ordenanza se admite la posibilidad de otorgar autorizaciones provisionales de carácter revocable por periodos de un año, prorrogables mediante una resolución expresa hasta un máximo de cuatro.

Las concesiones pueden ser anuladas por la finalización del plazo establecido, la renuncia del concesionario, el fallecimiento del titular, el impago de las tasas municipales de tres mensualidades consecutivas o cinco alternas en el mismo año, por haber sido sancionado el concesionario en materia sanitaria o por la pérdida de las condiciones exigidas para la adjudicación de la concesión.

También puede revocarse el permiso si el puesto de venta permanece cerrado ininterrumpidamente durante un mes o en sesenta días alternos dentro de un mismo año.

En cuanto a las condiciones de uso, está prohibido invadir con los productos de un puesto la superficie de otros, los mostradores deben encontrarse siempre en perfecto estado de limpieza y cada puesto tendrá un colector con tapa en el que se verterán los desperdicios.

De igual manera, las mercancías deben permanecer identificadas de acuerdo con la legislación y los precios tienen que estar visibles.

Otro aspecto a tener en cuenta es que "los espacios o superficies de utilización común o general dentro del mercado deben permitir el tránsito y facilitar una adecuada comunicación de las diferentes zonas comerciales; deberán mantenerse limpios y en perfectas condiciones de uso desde la apertura de la plaza hasta su cierre, encargándose los concesionarios de los puestos de la limpieza de los corredores adyacentes una vez finalizada la jornada laboral, y prohibiéndose el baldeo en las horas de atención al público".