En Caleiro existe una comisión de vecinos que lleva años trabajando para recaudar el dinero necesario para las obras que se han ejecutado. Así, se estima que se han invertido en torno a 140.000 euros, desglosados en unos 50.000 del tejado, unos 20.000 de la piedra, otros 30.000 de la madera, y unos 40.000 entre la sacristía, la tribuna y los trabajos que se han hecho en el exterior.
"Todo ese dinero lo han dado los vecinos. Así que después de tantos años pensamos que ver la iglesia así es un orgullo para la parroquia", apunta una de las responsables de la comisión. En realidad, el petitorio sigue aún abierto "porque todavía quedan algunos trabajos por hacer".
Esta mujer se queja de que la Diputación les cerró las puertas. "Sí que pusieron el primer tejado, pero esa obra no valió para nada. Metía agua y hubo que tirar con todo. Desde entonces les pedimos una subvención dos años y nos las denegaron los dos". Añade que "ahora sí que nos han dicho que nos conceden 3.000 euros, pero aún no nos los mandaron". A cambio, sostiene que "el Concello sí que se mojó con nosotros".
Para celebrar la reapertura de la iglesia al culto de una forma lúdica, el mismo 10 habrá una comida con baile en el salón parroquial. El plato cuesta 30 euros por persona, y el menú consta de empanada, pulpo, carne "ao caldeiro", "larpeira", tarta de Santiago, café y licores. La comisión aún tiene entradas a la venta.
