Este año el Intecmar quiso evitar los problemas registrados en ocasiones anteriores, cuando a causa de la imposibilidad de realizar análisis durante el puente de Semana Santa fue necesario devolver al mar producto que había sido extraído y comercializado durante esas jornadas festivas, antes de constatarse que estaba afectado por biotoxinas.

Tener que devolver al mar el producto extraído entraña costes adicionales importantes para el sector, e incluso puede suponer la pérdida total de producto. Para evitar o reducir esos gastos, como para minimizar el riesgo al consumidor en caso de que se extraiga mercancía en jornadas de reducidas o nulas analíticas, esta vez se optó por decretar el jueves pasado un cierre cautelar masivo de zonas de cultivo de mejillón en batea efectivo desde el sábado, evitando así su venta a la espera de las pruebas efectuadas entre ayer y hoy. Es por ello que se cerraron de golpe, cautelarmente, siete polígonos en la ría de Vigo, los dos que quedaban abiertos en Pontevedra, los cuatro de O Grove y dos de Muros. Pero pronto serán más.