Las minivacaciones de placer emprendidas el pasado sábado por dos matrimonios vilagarcianos con sus respectivos hijos a Bruselas para recorrer desde allí varias ciudades europeas, se convirtió en una pesadilla que los ocho viajeros, ya en casa, quieren olvidar. El último capítulo de la odisea lo protagonizaron ayer al mediodía cuando pretendían acceder al aeropuerto Charleroi, a 60 kilómetros de Bruselas, y regresar a Galicia.

A la misma hora, ante las casas consistoriales de toda la comarca, se reunían los representantes municipales invitando al resto de la ciudadanía a participar en el acto de homenaje a las víctimas de los atentados ocurridos el martes en la capital de Bélgica. Con este sencillo acto, las corporaciones municipales de Vilagarcía, Cambados, Vilanova, A Illa, Meaño y O Grove se sumaron a la convocatoria realizada por la Federación Galega de Municipios e Provincias, Fegamp para expresar la repulsa a estos actos terroristas.

La familia compuesta por M.J. G.I y su esposo S.P.C. con sus dos hijos y otro matrimonio amigo también con sus hijos llegaron el sábado a Bruselas a través de los vuelos de Ryanair, compañía que utiliza exclusivamente el aeropuerto del sur de Bruselas Charleroi. Allí ya tenían alquilado un vehículo de ocho plazas para viajar al centro de Bruselas y desde allí desplazarse a otras ciudades como Brujas, Lovaina, Amberes o Amsterdam.

Los atentados del aeropuerto de Zaventen y de la estación de metro Maalbeek en Bruselas les sorprendió desayunando en el hotel. Cuando quisieron salir se encontraron con una ciudad tomada por los militares y que estaba sumida en el caos, por lo que se marcharon en el coche a Lovaina. Pero volvieron a meterse en el caos de una ciudad sitiada al regresar por la noche al hotel. Dado que habían viajado a través de una agencia de Vilagarcía, consiguieron más información y más efectiva desde este servicio que de la propia Embajada española en Bruselas.

"Las chicas de la agencia de viajes nos confirmaron desde Vilagarcía que Ryanair mantenía todos sus vuelos desde Charleroi, el único aeropuerto operativo. A primera hora de la mañana dejamos Bruselas y nos dirigimos al aeropuerto. Al llegar vimos un caos de vehículos en los accesos, pero no había ningún policía para regular el tráfico. Tuvimos que dejar el coche alquilado a tres kilómetros del aeropuerto y no nos querían acercar. Al final, caminamos con las maletas unos dos kilómetros. En la puerta de Charleroi había un solo policía para hacer los controles, provocando unas tremendas colas. Fue una pesadilla que queremos olvidar. Por suerte estamos todos bien" declaró S.P.C. ayer por la tarde al llegar a Vilagarcía.