Referirse al Club Núcleo Gicap es hacerlo a una entidad especial. Lejos de los estereotipos de cualquier colectivo deportivo al uso, la competición no es el verdadero fin. Antes que cualquier logro individual existen metas previas en la que sus componentes centran más su focalización. Y es que instrumentalizando los estímulos que reportan disciplinas relacionadas con las artes marciales se consiguen beneficios mucho más reconfortantes para la higiene física y mental de cada practicante.
Fátima Diz y Joao Paulo "Camugerê" Alves son los monitores de un club que tiene su sede en las instalaciones de Arousa Pádel en el polígono de Trabanca. Por allí semanalmente pasan más de sesenta personas con edades comprendidas entre los dos y los 53 años de Esther, la componente más veterana del colectivo.
La práctica de la capoeira se convierte en la puerta de entrada de muchos niños. Detrás de lo que a simple vista pudiera parecer una especie de danza se esconde una retahíla de importantes beneficios para la salud. Desde aspectos relacionados con la psicomotricidad, la música o el fortalecimiento muscular son algunas de sus mejoras básicas. Fátima Diz señala además que "las clases se desarrollan en portugués y la capoeira se ha convertido en una muy buena manera de socializar y ayuda a curar cuestiones como la timidez o la dificultad para comunicarse. Lo mejor es que aquí nadie es mejor que nadie y todos se ayudan unos a otros. Es un trabajo de equipo".
Tales son los efectos positivos que la monitora subraya en la práctica de este arte marcial que apunta que "sería muy bueno que se pudiese practicar en los colegios. Aportaría muchas cosas buenas a los niños. No solo entrenan, sino que también tocan instrumentos y cantan".
El brasilian jiu jitsu es otra de las disciplinas que se imparten en el Club Núcleo Gicap. De su valor terapéutico en relación a determinadas patologías también habla Fátima con ejemplos concretos. "Tenemos un niño que cuando llegó tenía problemas de agresividad no encauzada. Fue ponerse a hacer ejercicio con nosotros y consiguió un enorme equilibrio. Ayuda a encauzar cuestiones de frustración o agresividad contenida a partir del propio autocontrol".
Ese buen trabajo de formación incluso ha empezado a dar lugar a reconocimientos en diferentes concentraciones. Es el caso de los conseguidos por Luna Gouvea Diz, una niña de 6 años que recientemente en León ganó un campeonato de lucha. Insiste su madre y además entrenadora, Fátima Diz, que "es una disciplina muy parecida al judo. Basada en el respeto máximo y que no es para nada agresiva".
Otras disciplinas como el muai thai, mma o cross fight también tienen su público y son cada vez más las personas que se apuntan a estas alternativas. Incluso durante los últimos años cada mes de junio se produce la visita del maestro brasileño "Mestre Cavalo" para dirigir diversos cursos relacionados con diversas artes marciales. En definitiva, una nueva ventana abierta al ejercicio físico y que cuenta cada vez con más adeptos a la alternativa del deporte-salud.
