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Agentes forestales actúan en las playas de Barbanza para proteger los nidos de la "píllara das dunas"

La playa de A Lanzada, en O Grove, también cuenta con este tipo de aves -Son especies vulnerables a depredadores y humanos

Imagen de las típicas dunas de la playa de Corrubedo. // Iñaki Abella

La Xunta se ha tomado muy en serio la protección del chorlitejo, un pequeño pájaro que corre mucho riesgo de extinción porque anida en la arena de las masificadas playas. Las comarcas de Arousa, tanto en O Salnés como Barbanza, son los lugares elegidos por estas pequeñas aves para anidar y en O Grove hace años que se trata de proteger esta especie de los peligros que tiene la masificación de A Lanzada.

Ahora, los agentes forestales del distrito forestal IV, de Barbanza, han comenzado a trabajar en la protección de la conocida como "píllara das dunas", una especie considerada "vulnerable" por las condiciones en las que desarrolla su reproducción, con la puesta de huevos sin nidos, en los arenales y al alcance de depredadores y de la actividad humana.

Las medidas tomadas por los profesionales al servicio del cuidado de la naturaleza consisten fundamentalmente en la creación de parcelas de exclusión alrededor de los nidos que se localicen. En el ámbito más próximo, sitúan unas estacas que sujetan una malla metálica perimetral para impedir el paso de zorros y de perros. La malla está cubierta por un entramado de fibra de náilon para que no accedan las aves depredadoras, especialmente los cuervos.

Destacan asimismo que la píllara das dunas siempre accede al nido a pie, nunca volando, y lo hacen ya a los pocos minutos de la colocación de las mallas.

El proceso abarca un perímetro más amplio en el que se sitúa un cordel perimetral para que no pasen las personas, por lo menos aquellas que no tienen intención de causar molestias a la especie. Los agentes sitúan por lo menos dos carteles informativos en cada parcela de exclusión para advertir de la presencia de aves incubando, de modo que se evita que las personas pisen los huevos por accidente, una de las principales causas de fracaso en la reproducción de estas aves.

Explican en la Xunta que los trabajos para conseguir la reproducción de la píllara se efectúa desde 2010 cuando se localizó una puesta en la playa de Testal, en el municipio de Noia.

Los agentes medioambientales contaron desde un principio con el asesoramiento técnico de la Universidad de Santiago de Compostela, además de ornitólogos y naturalistas, tanto para la localización e identificación de los individuos adultos como para la colocación de las protecciones.

No obstante, en 2014, un decreto autonómico aprobó el plan de conservación de la especie y determina las diversas medidas para mejorar su población en las playas de toda Galicia.

Entre ellas, figuran la instalación de las parcelas de exclusión y las señalizaciones, que son de obligado cumplimiento y que los agentes forestales instalan desde entonces.

Cabe tener en cuenta que la práctica totalidad de las playas del Distrito Forestal IV están consideradas como zonas prioritarias de conservación. Las demás son áreas de presencia o de distribución potencial. Este distrito abarca los municipios de Noia, Porto do Son, Ribeira, A Pobra, Boiro, Rianxo, Dodro, Padrón, Rois, Lousame, Outes, Negreira y A Baña.

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