Las biotoxinas marinas han regresado a Galicia. Después de más de tres meses de ausencia generalizada, aunque la acción de la popularmente conocida como "marea roja" no se hacía notar con fuerza prácticamente desde el verano pasado, ayer se decretó de golpe el cierre de seis polígonos bateeiros, todos ellos en aguas pontevedresas.

Todo parece indicar que se trata solo de la punta del iceberg, ya que por estas fechas se registra cada año un episodio importante con motivo del conocido como "afloramiento de primavera".

Covadonga Salgado, la directora del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), fue la encargada de comunicar a última hora de ayer el cierre de esos seis polígonos, en todos los casos tras detectarse en los análisis efectuados un aumento considerable de los niveles de toxina del género lipofílico, entre las que destacan las diarreicas (DSP).

Los cerrados en esta ocasión son los polígonos Bueu B, Bueu A2, Bueu A1, Portonovo A, Portonovo B y Portonovo C, todos ellos, como queda dicho, en la ría de Pontevedra, donde de este modo ya solo quedan dos operativos, los de Cangas.

Por el momento se mantienen abiertos también los dos de Ares-Betanzos, la veintena de polígonos de la ría de Arousa, los cuatro existentes en Muros-Noia y una docena de polígonos en la ría de Vigo.

Aunque como el sector bateeiro bien sabe, lo más probable es que a partir de ahora y durante las próximas semanas se sucedan este tipo de cierres que, cabe insistir, son totalmente naturales.