Santiago del Carmen Rivera, vigués de 36 años y padre de un niño de 20 meses, ejerce como estatua humana desde 2008. Ayer sorprendió al público vilagarciano con una estampa muy propia de la época, digna de Salcillo, al representar, inerte, a Jesús en la Cruz, lo que a nadie dejó indiferente.

-¿Qué respuesta ha recibido usted de los vilagarcianos al verle representar a Jesús crucificado?

-La verdad es que estoy muy contento por la respuesta y el respeto de todos. Ha sido una buena mañana en el aspecto económico y también mucha la gente que se ha parado a hablar comigo.

-¿Cuándo se le ocurrió que podría ser una buena idea representar la imagen de Cristo? ¿Tiene más personajes como estatua humana?

-El personaje lo creé ya en 2008 durante una estancia en Honduras y suelo representar este papel unos días antes de Semana Santa con la idea de llamar la atención en estas fechas. Es mi modo de vida desde hace años y, por tanto, dependiendo de las épocas, hago un personaje u otro. Le puedo enseñar unas fotos con otros personajes espectaculares.

-¿En qué lugares ha realizado este papel?

-En todos estos años lo vestí en numerosas ciudades de España pero también en varias capitales europeas, donde ha llamado siempre la atención.

-Tiene usted la misma complexión del Nazareno, lleva corona de espinas, se marca las gotas de sangre, carga con la cruz y además de un color metálico ¿Habrá quien lo considere una falta de respeto?

-Mi cultura es cristiana y por tanto mi respeto es máximo hacia la religión. Otra cosa es el motivo por el que realizo este papel en este momento, que obviamente es económico.

-¿Y nunca ha tenido problemas con personas que crean ofensiva tal representación?

-Me he encontrado de todo. Ha habido personas que me felicitan y otros que no lo entienden. En Lyon (Francia) llegué a tener miedo porque se formó un corro enorme a mi alrededor de personas con ideas muy contrarias entre ellas. Al final me marché y no pasó de ahí pero casi me linchan. Fue una situación tensa.

-¿Cómo decidió ejercer de estatua humana?

-Hubo muchas razones, algunas personales. En 2008 estaba en Tenerife donde tenía un puesto de pirograbado en el que utilizaba una lupa al sol, y en la calle conocí a un amigo que me animó a convertirme en estatua. Y así hice una de pescador de tiburones, guapísima, que causó sensación.

-Y al final convirtió esta actividad en su principal actividad.

-Es cierto, pero también participo en concursos, aunque no me gusta ese modelo de los concursos porque es una forma de medirse a los demás.

-¿Pero ha ganado alguno?

-Sí. Tuve varios premios en estos años. El más importante el que recibí en Leganés donde estuve cuatro horas sin moverme para ganar 1.800 euros. Gustó mi vestuario, el movimiento y recibí el primer premio.

-Además tiene la oportunidad de recorrer todo el mundo con su representación.

-Todo el mundo no, pero sí he recorrido casi toda Europa en estos años y como le dije también estuve en Honduras. Pero a la vez tengo aquí mis raíces y muchos compromisos; en especial me atrapa mi hijo de veinte meses que está en la mejor edad.