Asegurar que el islote Areoso no ha levantado el interés de los arqueólogos sería faltar a la realidad y sumamente injusto. Sin embargo, el coste de una intervención adecuada ha provocado que las que se han realizado apenas hayan profundizado en todo lo que esconde la arena de esta pequeña isla enclavada en pleno centro de la ría de Arousa. La primera de las expediciones que puso al descubierto gran parte de los tesoros del islote estuvo encabezada por el hoy director del Centro de Arte Rupestre de Campo Lameiro, José Manuel Rey, que señalizó varias de las mámoas que hoy se conocen además de catalogar diferentes objetos que se localizaron, fundamentalmente, en la parte de Areoso que mira hacia A Illa de Arousa.

Aquella expedición se realizó a finales de la década de los 80, principios de los 90. Tuvieron que pasar muchos años hasta que el islote volviese a ser objetivo de los arqueólogos. En esta ocasión, una colaboración entre el CSIC y la Universidad de Durnham, encabezada por los arqueólogos Elías López y Patricia Mañana, eligió Areoso para investigar los efectos de la erosión en los yacimientos próximos al mar. Aunque las prospecciones realizadas en esta ocasión fueron mínimas, pero las visitas al islote que realizaron los arqueólogos ofrecieron resultados más que interesantes, como la localización de una pieza de cerámica cuya presencia es extraña a este territorio, una prueba de que en el Neolítico ya existía el comercio, o la constatación de que el efecto de las mareas es un grave riesgo para el patrimonio del islote, al documentarse la desaparición de la mámoa 5, cuyas piedras todavía se encuentran localizadas a unos metros de donde se ubicaba. Junto a ellas se han encontrado también varias piedras que eran utilizadas presumiblemente como almirez.

El pasado mes de septiembre tuvo lugar la última intervención en el islote, dirigidas por la propia Dirección Xeral de Patrimonio. En ella se hallaron piezas de cerámica y otros elementos que podrían tener hasta 4.000 años de antigüedad, aunque todavía se encuentran en proceso de catalogación y clasificación.

La riqueza del islote no ha pasado desapercibida para un ente de la importancia del Consello da Cultura Galega, que el pasado año puso en marcha unas jornadas monográficas sobre patrimonio, comenzando esa actividad con un profundo análisis del Areoso en el que participaron los "Pandulleiros".